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Después de aceptar el loco entrenamiento por parte de la peli-roja todos se dispusieron a entrenar dando su mayor esfuerzo.
Tres horas después, ya todos se encontraban tumbados en el suelo, incapaces de seguir moviéndose para algo más.
—Lo de darlo todo hasta no movernos no era broma eh.. —Suspiro el azabache soltando un quejido.
—See, ahora solo cierren sus ojos y relajen su mente, verán que en poco tiempo se sentirán mejor. —Afirmó con una sonrisa animada y los demás no la cuestionaron, estando su suficientemente cansados como para decir algo.
Al momento de cerrar sus ojos, tanto Natsu como Hinata se encontraron en un lugar muy diferente a su realidad, sorprendiendolos.
Estaban un precioso muelle con la vista al mar, el cielo estaba adornado con diversos colores hermosos dando una vista increíble.
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—Wow... Es hermoso. —La chica admiro encantada el lugar, dando ligeros pasos hacia el frente mientras el Uzumaki la seguía de cerca— ¿dónde estamos?
—Ni idea. —Se encogió de hombros admirando el lugar— pero de algún modo siento que mi nita tiene mucho que ver. —Cara poker.
—Jajaj ¿Sí?
Luego de un momento en silencio y antes de que alguno pudiese decir algo, fueron sorprendidos por la repentina aparición de unas voces a sus espaldas.
—Que lindos, al fin están aquí. —Hablo una voz femenina con ternura y amabilidad.