Capítulo 22

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Al séptimo mes ellas hicieron el amor por primera vez.

Todo comenzó como un día normal, pues los grandes momentos no anuncian su llegada con trompetas. Camila llegó temprano a la tienda de tatuajes, Lauren estuvo allí a la hora indicada, un par de clientes pasaron por sus manos…

Salieron a las cinco y se dirigieron al restaurante de siempre. No se sentaron en la mesa del centro ni en aquella que usaban cuando se reunían con Dinah. Se sentaron en una mesa de los alrededores, esa que está lo suficientemente alejada como para que no seas el centro de atención y que no permite que te ignoren por completo.

Lauren llevaba una camiseta azul y unos pantalones grises algo holgados. También estaba usando zapatos deportivos. No había beanie, ni gafas de sol, ni una chaqueta. El color negro se había marchado. Tampoco había un aire de superioridad en su rostro.

Aun así, el unicornio estaba allí.

Lauren: ¿Sabes que mes es? -Preguntó mientras alzaba las cejas y sonreía levemente mientras apoyaba su barbilla en sus manos.

Camila ya no se fijaba en las vendas de sus muñecas… Supongo que había terminado por aceptarlas.

Camila: ¿Febrero? -Había confusión en su voz.

Lauren: ¿Sabes lo qué eso significa?

Camila: ¿Que es… Febrero?

Lauren rió ante esto y negó con su cabeza lentamente.

Lauren: La primera vez que nos vimos era febrero, Camz -Le recordó-. Seguro lo recuerdas… Yo me veía increíblemente sexy ese día.

La tatuadora lo recordaba, pero no con nitidez. Es extraño, pero a veces olvidamos las cosas realmente importantes.

Camila: Sigo sin entender por qué no escogiste los tatuajes de Vero y Lucy -Murmuró mientras le regalaba una hermosa sonrisa.

Lauren: Ya te lo dije hace algún tiempo, amor. Tus tatuajes eran los únicos que tenían lo que yo estaba buscando.

Camila: Creo que también te he preguntado que estabas buscando.

Lauren elevó una de las comisuras de sus labios y la miró antes de acariciar su mejilla con su mano, la cual Camila sujetó para dejar un beso en la suave piel de sus nudillos.

Lauren: Buscaba amor -Confesó-… No quería el mejor tatuaje del mundo. Tampoco quería un tatuador de calaveras y demonios… Necesitaba a alguien cuyas obras transmitieran tanto amor como el que yo sentía hacía mi abuela. Y se de amor y de arte, Camz… Puede que fuese una perra, pero el amor que tenía por cada una de mis pinturas era completamente puro. Aun lo es… Necesitaba una obra pura. Una obra llena de amor y pasión… Tal vez necesitaba una tatuadora pura también.

Camila habría respondido esto con una bonita frase, pero el oportuno mesero de siempre llegó con su pedido.

La Lauren con quien había tenido su primera cita le habría ordenado marcharse. Esa Lauren simplemente le agradeció.

La Tatuadora de Libélulas |CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora