Pasaron dos días y cada tanto iba a visitar a Draken para ver cómo se encontraba.
-Adelante - respondió un joven del otro lado de la puerta.
-Permiso draken~ - comenté en la puerta.
-Tsuki - comento con una sonrisa - Pasa, pasa.
Se acomodó en la cama y comenzamos a hablar un poco de cualquier cosa que se nos ocurra.
-Gracias - murmuró Draken.
-¿Hmm? - lade la cabeza - ¿Por qué me agracedes?
-Por haber ayudado a Mikey. - comentó con una sonrisa.
-No tienes que agradecerme
-Si debo. - murmuró - Desde que hablaste con él, cambió, pero para bien. - sonrio - Aún le sigue costando hablar de ciertas cosas, pero gracias a tus buenos consejos está mejorando de apoco.
-Me alegra saber eso... - respondi con una sonrisa. - Pero tú también deberías.
-¿Eh? - susurró sorprendido.
-Mikey me contó que eres como una madre de ellos - comenté mirándolo - Pero hasta las madres merecen ser mimadas de vez en cuando. Déjate mimar y de cargar con todo tú sólo, Draken.
El mencionado se sonrojo un poco ante aquellas palabras, pero su sonrisa nunca se iba.
Draken se abrió conmigo y me contó su historia. Su madre era prostituta y lo dejo en el prostíbulo para irse con un hombre que tenía dinero. El dueño del lugar lo crío como si fuera su padre junto a las chicas que trabajaban en aquel lugar. Conoció a Mikey cuando tenían 10 años y desde ese día se volvieron inseparables volviéndose grandes amigos, pero parecía más un padre o un niñero ya que siempre lo estaba cuidando.
Me reí ante aquel comentario y continuo. Formaron la Tokyo Manji Gang para crear una nueva era de pandilleros, sinceramente no me convenció del todo, pero se notaba que eran buenas personas que peleaban para proteger a los suyos.
En eso entró una enfermera a traerle la comida a Draken, cómo vio que yo estaba con el, me trajeron la mía.
Cuando se fue la enfermera me confesó que había una joven que le gustaba, pero que no sabía cómo decirle ya que era todo muy nuevo para el esa clase de cosas.
-¿Qué opinas? - preguntó.
-Se tu mismo. - comenté tomando agua - Si le gustas, es por como eres con ella. No importa como otros te vean a ti, para ella te ves como la persona a quién más ama. - lo miré - Dale una oportunidad y ve como van las cosas.
Este sonrió, asintió y mostró un leve sonrojó en la mejilla. Sabía de quién hablaba, de la joven rubia que venía sin falta todos los días a verlo en la mañana y a la tarde luego de la hora de la escuela. Sin duda lo amaba.
Terminamos hablando de tonterías cada tanto me pedía algún que otro consejo y yo con gustó se lo daba, hasta que tocaron la puerta y entraron los amigos de Draken.
-Oh! Tsuki~ - grito Mikey.
Este iba a abrazarme pero Souya y Nahoya le ganaron y me terminaron abrazando ellos dos.
-Tsuki~
-Mis niños~ - comenté abrazándolos.
-Fuimos a verte pero no estabas en tu habitación - comento angry.
-¡Oigan! - gritó Mikey - ¡Yo también quiero abrazarla!
Comenzó a jalar a ambos los cuales estaban arriba mio sin soltarme, haciendo que me empiece a reír contagiando a los demás. Unos minutos después me soltaron y Mikey se me tiro encima para abrazarme confuerza.
-Alguien está celoso~ - comento burlón baji.
-¡Cállate Baji! - grito Mikey algo avergonzado.
Ignoré su comentario y solo me digne a acariciar su cabeza suavemente. En eso, entra una doctora.
-Tsuki, necesitamos que te hagas unos chequeos. - pronunció suavemente y una mirada preocupante.
-Bien...
Me separé de Mikey y me despedí de los demás con una sonrisa para no preocupar a los presentes saliendo de la habitación con la doctora. Conocía esa expresión, algo no andaba bien conmigo y tenían que hacerme más chequeos de los que ya me hacían todos los días a la mañana.
No podía quejarme, sabía que lo hacían por mí bien, asique sólo me callaba y los hacía. ¿Dolían? Si.Me hacian varias cosas y me inyectaban otras y a veces me abrían cuando veían algo extrañó.
-“Quiero que acabé” - pensaba mientras me dirigía a la sala de rayos.
Llegue a la sala, me subí a la camilla y me metieron deltro de un aparato redondo el cuál hacia ruido de vez en cuando. Este disparaba rayos en ciertas partes del cuerpo que tú le vayas ordenando por el ordenador, está vez era el pecho. Dolía un poco.
Lo malo de los rayos es que con el paso de los minutos vas sintiendo su efecto, él cuál era doloroso. Luego de los rayos le mandaron a hacerme otros chequeos y análisis de sangre.
Al terminar de hacerme todos esos chequeos habían pasados unas dos o tres horas aproximadamente, camine en dirección a mi habitación para poder descansar. Me sentía cansada y mareada, todo me daba vueltas. Me tambaleaba al caminar.
-Tsuki~ - murmuró alguien detrás mío.
Antes de que pueda llegar a darme vuelta y ver quién era cai al suelo desmayandome.
-¡Tsuki!

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Á𝔫𝔤𝔢𝔩 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔤𝔲𝔞𝔯𝔡𝔞
عشوائيTsuki es una chica de aproximadamente 14 años, la cual sufre una grave enfermedad desde los 8 años, la cual hace que nuestra pequeña viva en el hospital 24/7. Siempre ah estado sufriendo a causa de su enfermedad, pero siempre se intenta mostrar con...