Capítulo 10. El resurgir de la sombra

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Al final de la Segunda Guerra Mundial, seguí con lo mío, mientras mis “hijos” estudiaban, por cierto con las mejores calificaciones ambos, yo seguía invirtiendo en empresas, decidí crear un banco de uso personal, que cuando sea la era tecnológica será mas funcional, pero la justifique como un banco que daría pequeños prestamos con pequeños intereses a civiles a diferencia de mi centro de inversiones que hacia prestamos a proyectos, este seria para auxiliar a las personas ya que como sea la economía fue dañada, la cosa es que las hipotecas que se hacían, establecía que tras la muerte del acreedor si no se había restituido todo el préstamo con intereses, lo hipotecado pasaría a ser propiedad de William Ross, salvo que tras la muerte la familia finiquite la deuda en un plazo máximo de un mes, por supuesto mi popularidad se disparo.

También la Ross Tower se volvió el centro de atención de todo el mundo, cuando al final de la guerra, compre terrenos bastante dañados en varias capitales y ciudades de Europa y las empecé a reformar al igual que mis terrenos en EEUU.

Como la fama de familia bondadosa era grande e inclusive mi yo actual había hecho varios apoyos a civiles fuera de mis sueldos y rentas, los gobiernos en Europa me vieron como un inversor externo y la esperanza de renacer, al final aunque no muy gustosos de que me adueñara de lugares insignia accedieron siempre que también diera apoyo a más ciudades.

Fue un golpe económico duró, era como comprar un país, aunque claro para la cantidad de dinero que ahora movía era nada, primero mande a limpiar las zonas que compré y a reconstruir, en el centro de cada zona, construía dos edificios de frente y dos en la parte trasera de estos aunque no eran rascacielos, eran de unos 20 pisos, dónde se establecería en el primero, en la planta baja y sótano se hizo un banco el cual cada uno era resguardado por dos guardia/clones fuertemente armados.

En los siguientes pisos se contrato personal para la renta y administración de propiedades en esa ciudad, respondiendo directamente a la administración de renta de inmuebles simples en Nueva York, en la parte más alta estaría una suite que serviría como residencia a la cabeza de familia.

El edificio de a lado serviría como estacionamiento, gratuito para los que renten departamentos y trabajadores de mi edificio, mientras que las demás personas también lo podrían utilizar rentando un bloque desde una hora.

Los edificios de atrás, funcionarían como departamentos principalmente para los trabajadores, los cuales a cambio de un 15% de su sueldo tendrían en renta el departamento, aunque claro también eran rentables para la población general, aunque eran un poco mas caros.

Así empecé a reconstruir con pequeños edificios, casa y negocios, trayendo la prosperidad de regreso a los países dañados por la guerra, y así el tiempo siguió avanzando.

Cada que la tecnología avanzaba, yo la mejoraba y patentaba dicho avance, empresa que reconocía, empresa en la que invertía, como me desespere, adelante la aparición del internet dos años, lo utilice para administrar mis empresas y me surgió una idea.

“T, conéctate a la red de la empresa”

“Si señor”

Así cada proyecto y renta pasaba por “T”, así que empecé a rediseñar mi empresa, conforme la gente renunciaba o se retiraba, ya no volví a contratar, gracias a que las computadoras no son la norma, pero si comunes y el internet era bastante accesible, los únicos trabajadores que iba a dejar fijo eran a los de banco ya que T resulto muy capaz de administrar todo.

Ahora en Marvel (actualización lenta pero segura) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora