Together. | BSD - [Poliamor Soukoku]

01 - [Atsushi's POV]

Había pasado ya un año y unos meses desde que los cuatro habían formalizado su relación.

Al principio, como Atsushi tenía más cercanía con Dazai, no fue un gran problema darse cuenta de sus sentimientos. Sí, se ponía nervioso a veces y no podía evitar sonrojarse cuando el hombre rodeaba con su brazo sus hombros, o cuando revolvía su cabello y le daba un cumplido. Pero su vergüenza y nervios no eran tan percibidos.
Caso contrario con los miembros de la mafia.

Por ejemplo, antes, cuando se encontraba con Chuuya, no desviaba su mirada. Aunque esto ocasionalmente seguía pasando, era imposible. Chuuya es un hombre elegante y atractivo, con un cáracter un tanto explosivo y sonrisas coquetas que hacían que sus pelos se pusieran de punta sin darse cuenta.
Le revoloteaba el estómago, al igual que con Osamu.

En el comienzo negaba sus sentimientos, no aceptaba que le gustara más de una persona. Pero en cuanto se dio cuenta lo feliz y aliviado que se sentía en presencia de ellos, dejó se cuestionarse si era un raro, o si estaba mal. Simplemente se dejó ser.

Y lo aceptó.

Así como también acepto la gran atracción que sentía por su enemigo principal, su compañero, la persona con la que ocasionalmente luchaba hasta dejarse mal heridos, o al cual se encontraba a veces yendo a hacer una compra o caminando. Akutagawa Ryuunosuke. El perro rabioso de la Port Mafia.
Le tomó tiempo entenderlo, el por qué de sus sentimientos a esa persona. Ese asesino.

Pero se dio cuenta que Akutagawa era más que eso. Más que un mafioso, más que un asesino.

Quizá simplemente era otra víctima más de la oscuridad a la cual fue obligado a sumergirse. Comprendió que sus sentimientos no eran por sus actos, sino por su persona. Su inteligencia, su terquedad. El hecho de que, a pesar de decir que lo odiaba, que lo mataría algún día, lo salvaba y ayudaba en cada ocasión en que necesitara una mano.

Que sus crudas palabras le hayan hecho seguir. Que hacía lo posible por distanciarse, pero al final terminaban regresando al otro.

Akutagawa era una persona interesante, era mucho de sí. Y Atsushi tenía mucha curiosidad sobre lo que pasaba por su cabeza, sus pensamientos, sus memorias, su opinión.
Se sentía atraído por la persona que era el mafioso.

Y le costó aceptarlo, demasiado. Pero se dio cuenta que el azabache era más que un enemigo y mafioso. Era un compañero.
Cosa que lograba verse no solo en las misiones, sino que en la veces que se encontraban casualmente y terminaban pasando tiempo juntos. O comentarios en los que coincidían pero preferían no decirlo.

Y Atsushi lo aceptó. Aceptó que le gustaba, y mucho.

Aceptó que los tres ponían sus nervios y pelos de punta, que les dedicaba miradas llenas de cariño y anhelo, que hacían nacer mariposas hiperactivas en su estómago.

Aceptó que Dazai Osamu, Nakahara Chuuya, y Akutagawa Ryuunosuke habían arrancado cada uno, sin permiso, un pedazo de su corazón para sí mismos. Y él no se oponía a eso.

Le gustaba aquello, y muchísimo.