Estaban a unos minutos más del capitolio según Bagdwela, la mujer se había pasado todo el camino hablando de esto y aquello, nombrando los eventos preparados "en su honor", las semanas de entrenamiento y los vestuarios que deberían usar. En algún momento la mujer se había sentado al lado de Claire, mostrándole todo tipo de vestidos lujosos y excéntricos, cosas que Claire no había visto jamás en su vida. Gorros pomposos, con plumas enormes, capas y capas de tela brillante y de colores que harían doler los ojos a alguien si los miraba por demasiado tiempo y accesorios que probablemente costaban más que su casa en el doce. Claire miraba de reojo a Jim, quien en un principio se había sentado frente a ella a mirar por la ventana y finalmente se había quedado dormido.
-Oh y este, será maravilloso verlos vestidos con prendas como estas, Blinkous Galadrigan es un gran diseñador, el mejor del capitolio diríamos nosotros y este año será todo nuestro...- Bagdwela continuó hablando mientras la puerta del vagón se abría e Hisirdoux aparecía por ella. -Con que al fin te dignas a venir.- Regañó al hombre, a lo que el otro rodó los ojos y se sentó en la silla al lado de Jim. Claire puso su atención en él, realmente no sabía que esperarse, sus manos en su regazo inquietas jugando con la tela de su falta y pasando sus ojos de Hisirdoux a cualquier otro lado del cuarto y de regreso. -Am... ¿Podrías..?- Hisirdoux hizo un gesto en dirección a Jim.
Claire asintió rápidamente, colocando su mano en la rodilla del chico y sacudiendo suavemente, Jim despertó con un respingón, aturdido pasó sus ojos abiertos pero nublados de Claire a Hisirdoux y se aclaró la garganta. -Lo siento, ¿me perdí de algo?
Hisirdoux le dio una sonrisa lastimera y negó, apoyando sus codos sobre sus rodillas. -Querían averiguar cómo sobrevivir a los juegos, ¿no es así?- el hombre miró a ambos jóvenes, quienes asintieron inmediatamente. -Las tácticas, los combates, el conocimiento del campo de batalla no sirven, no es lo importante. Que sepas como hacer fuego, cazar o pelear no te mantendrá vivo hasta el último momento, son extras, pero no lo son todo...
Claire y Jim se miraron confundidos mientras Hisirdoux hablaba, como si estuviera diciendo puras locuras o como si al hombre acabara de salirle una segunda cabeza.
-Lo más importante son los patrocinadores.- Declaró, jugando con sus manos. -Por eso casi siempre ganan los que enamoran al público, por eso los más simpáticos e interesantes para el capitolio ganan o llegan tan lejos, un buen patrocinador puede ser la diferencia entre la vida y la muerte dentro de los juegos. Un paracaídas, una cámara en el lugar exacto o unos oídos dentro de la sala de control son más letales o de ayuda que una espada o un cuchillo.
Claire comenzó a hacer anotaciones mentales de cada palabra. Asintiendo. -Cómo... ¿Cómo se consiguen patrocinadores?
Esta vez fue Bagdwela la que habló, pasando una página tras otra de la revista en sus manos. -Un show, un hermoso y apasionante show.- Sonrió ensoñada.
Hisirdoux bufó pero asintió. -Muchos tributos se ganan el amor de los espectadores con sueños, ideas, sonrisas, lo que sea posible para atraer la atención a ellos y ganarse el favor de alguno. Eso pues, si quieres pequeñas ayudas.
-¿Qué tipo de espectáculos?- Jim preguntó, más atento y despierto.
-Romance, alianzas, amantes que esperan en casa, familias, el sacrificio de un hermano o de un amigo por otro...- El hombre miró a Claire repentinamente y luego regresó su vista a Jim. -Todo lo que pueda alimentar sus aburridas y vacías vidas durante las semanas que duran los juegos.
Claire frunció el ceño. -Okay, es un espectáculo para ellos eso lo entendemos, ¿pero qué tan lejos debe llegar?
Hisirdoux miró sus manos y luego se recostó en el sillón. -Lo suficiente para venderles esa idea.
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Los trágicos amantes del distrito 12
Fanfic"... Ambos se vieron un solo segundo, un eterno y agobiante segundo, antes de ser arrastrados al podio y ser reconocidos como los primeros voluntarios en toda la historia del distrito doce. Claire estaba ahora en camino a una masacre de la cual muy...