CHIARA:
Mi hermana no quiere verme.
Lo entiendo.
De ser ella yo tampoco querría verme.
Primero se encierra en su habitación con Petruskha, pero después veo por la rendija de la puerta a nuestra madre desaparecer en su interior ya que su habitación queda justo frente a la mía. Nuestra niñera sale y no puedo resistir la tentación de adentrarme en el pasillo para oír lo que está sucediendo. Si seguirá castigando a Lucrezia. Si ese es el caso no sé si pueda contenerme de hacer algo otra vez o si podría soportar la culpa de permitir que le hagan daño.
No quería que ella saliera lastimada, pero todavía no sabemos si Santino murió.
Todavía no sé por qué mi madre esperaba que mintiera.
No debería escuchar su conversación, pero no puedo evitarlo.
―Cuando era niña mi relación con mi madre era complicada. Ella me lastimaba como yo te lastimé, pero no lo hacía por mi bien o porque estuviera preocupada. Lamento haberte herido físicamente, pero no lamento haberte enseñado lo que aprendiste―susurra acariciándole el cabello, lo que hace que mi pecho arda debido a la manera en la que Caos se aferra a ella como si no la hubiera lastimado.
Mi hermana la mira con ojos azules y tristes.
―¿Tu mami era mala, mami? ―Arlette Cavalli asiente―. ¿A propósito?
Mamá traga, mirándola por un largo momento antes de responder.
―Antes solía pensar que sí, pero ahora que soy madre no sabría qué responder. Lo entenderás cuando tú también lo seas, en especial si tus hijos son tan especiales que estás segura de que un día te superarán tus capacidades e insegura sobre si ese día es hoy. Aunque te confieso que a veces no sé cómo manejarlos porque cada uno es un mundo tan diferente y único, son dolores de cabeza que no cambiaría por nada. Son monstruos, pero son mis pequeños monstruos y no hay absolutamente nada que no haría por su supervivencia. Nada. ―Mamá coloca un mechón de cabello tras su oreja. Tras extenderse, mamá toma un cepillo y cepilla su cabello blanco con tanta delicadeza que a penas puedo soportar verlo―. No quiero que lo que pasó con mi madre suceda entre nosotras, Lucrezia, y tampoco quiero hacerte lo que mi padre hizo conmigo porque quiero que seas capaz de sentir, de sentir el ballet, de sentir la música, de sentir todas las cosas bonitas y bellas que te mantendrán en paz, pero para eso necesito que dejes de mentirme. Necesito entender qué es lo que sucede contigo. ―La hace girarse colocando un par de manos en sus hombros―. Te prometo que si es algo malo lo resolveremos juntas y no se lo diré a tu padre si su enojo es lo que impide que me lo digas. Amo la manera en la que él te ama y nunca haría nada por arruinar su conexión. Eres su pequeñita. Yo tenía el mismo tipo de amor hacia el mío y jamás te lo arrebataría. ―Coloca sus manos en sus mejillas. Veo manchas de helado de chocolate blanco alrededor de la boca de Lucrezia y desesperación en la expresión de mi madre―. Déjame ayudarte, por favor, y permíteme comprender por qué esconderías cosas así de mí de esa manera, tanto tú como Chiara, cuando mamá siempre estará aquí para resolver sus problemas cuando estos se vuelvan demasiado grandes.
Mi respiración se atasca dentro de mi garganta cuando Caos alza la mirada hacia a ella y separa los labios, pero no entiendo por qué. Mi hermana la observa como si quisiera decirle algo, como si se muriera por decile algo, pero termina agachando la vista y mirando hacia el suelo, negando.
Eso trae una extraña sensación de alivio a mi pecho, pero sigo sin entender por qué.
Es como si me faltara la pieza clave para entender un rompecabezas compuesto por seis piezas.
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Famiglia Cavalli (Mafia Cavalli)
ActionLibro de pequeñas historias y escenas extras de los personajes de Mafia Cavalli. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS