02

1 1 0
                                    

Lara solo llevaba dos semanas en Seúl y lo aprovechaba al máximo. Todos los días se levantaba temprano, se preparaba un licuado y salía a paso rápido del departamento. Trataba de ver, comer y hacer todo lo posible, se sentía como una niña pequeña en un parque de diversiones dónde cada cosa que veía la asombraba más y más. Había probado el Ramen, kimchi, sopa de morcilla (esa no le gusto) pero aún le faltaba práctica a la hora de usar los palillos chinos, se enfurecía cada que intentaba agarrar algún alimento con ellos.

Se sentía fascinada por la música, el arte y la decoración de la calles.

Aún no podía creer que estaba donde tantas veces soñó. Ya habían sido muchos años de ver K-dramas, leer sobre su cultura, mirar fotografías, aprender el idioma, stalkear a los Idols. Ella estaba conciente que era el sueño de varias de las latinas que compartían su amor por Asia y no se podía sentir más afortunada.

Las personas en la cuidad eran amables y sonrientes, claro que a veces no faltaba uno que otro con un mal humor, pero eso no era motivo para desanimar a Lara, de hecho, nada lo era, parecía estar en una burbuja que nunca fuera a reventar. A veces no evitaba extrañar a Lana, pero sabía que ella estaba bien, algo en si corazón se lo decía, ya luego la llamaría.

Otra cosa que le había llamado la atención a Lara era la torre de los candados, no había querido subir aún, sentía que no tenía motivo para hacerlo, ella no tenía a nadie a quien amar de manera romántica y tampoco estaba interesada en hacerlo. El amor era algo que Lara respetaba, tenía el fuerte pensamiento de que el amor se daba una vez en la vida y que cuando esté llega las cosas se ponen de cabeza, asi que prefiere pasar de él, así se evitaba un corazón roto.

Hacia una hermosa y pacífica noche, Lara se encontraba en un café al aire libre, veía a su alrededor como las personas transitaban las calles, algunos iban de la mano de sus parejas, otros en familia, algunos solos y también otros que disfrutaban de dar un simple paseó por la ciudad. Lara sonreí mientras bebía su café disfrutando de aquella paz que su mente, cuerpo y alma sentían, lo que no era a menudo, pero que por momentos se sentía así. Dejó de sonreír y de tomar su café al ver a una familia compuesta por Mamá, papá y tres pequeños. La familia hablaba y reían entres ellos disfrutando de la caminata. A Lara, le recordó a como era su familia... Y no pudo evitar viajar hacia las memorias de su pasado.

Flashback

—A que no me atrapas— canturreo la niña.

—¡Alanna!— le gritó su madre.

—Dejala mamá, solo está
Jugando— le defendió Lana.

Alanna corría escondiéndose en los rincones de la casa a la espera de que su hermana Lara la atrapará.

—Ahi voy...— le avisó Lara caminando a paso lento por la escalera.

—Lara cuidado con tu hermana— le gritó su madre desde la cocina— Mira que no puede correr.

Lara asintió y siguió caminando lentamente hasta la puerta debajo de las escaleras, la cual era un pequeño armario.

—¡Te atrapé!— gritó abriendo la puerta pero la pequeña no estaba.

—¡Ja! ¡Yo gane!— gritó Alana desde las escaleras bajando lentamente.

La niña se veía un poco cansada y fatiga, pero aún sonreía.

—Alana— le regaño su hermana Lana— Sabes que ya no puedes jugar así.

Lara la miró mal para luego ir a dónde Alana y ayudarla a bajar el último escalón.

If You...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora