—Muy... Buenos... Días...— dijo Lara agitada por la corrida.
—¿Usted es...?— le preguntó la mujer que impartía la clase.
—Soy Lara— hizo una reverencia torpe.
La mujer la miró de arriba a bajo escaneandola por completo.
—Creo saber...— hizo gesto pensativo.
—Si, soy esa— dijo Lara entusiasmada sin dejar terminar a la mujer.
—¿La de mantenimiento?— dijo extrañada y burlista.
Los estudiantes en el salón rieron por lo bajó.
—¿Mantenimiento...? No... Eh... Soy la nueva estudiante.
—Ah, la latina— dijo despectivamente para darse vuelta.
¿La latina?
¿Y esta vieja greñuda que se cree?
—¿Que esperás?— le preguntó la mujer.
—Em... Yo...
—¿Acaso no hablas bien el coreano?— le preguntó despectivamente.
—C-claro— titubeó Lara.
—¿Entonces? Te pregunté que esperas.
—No me ha dicho si puedo entrar.
—Pues entra y ya niña.
Lara entró apresuradamente y cogió en último asiento, al frente tenía a una chica y al lado a un chico.
La mujer continuo impartiendo su clase y Lara prestaba atención a cada una de sus palabras y hacia anotación en su cuaderno.
Esa mañana se había quedado dormida como siempre le sucedía. Al ver la hora en el reloj de su mesa de noche se levantó a toda prisa ya llevaba media hora de atrasó, la verdad, era que anoche no pudo consiliar el sueño, había estado estudiando esos días para no llegar en las nubes, sin embargo, el destino se la jugó en su contra para hacerla llegar tarde justo en su primer día de clase. Menuda vergüenza. De seguro esa mujer toda estirada a de pensar que era una inrresponsable y eso que solo había sido el primer día.
Pero no sé permitiría pasar el ridículo otra vez.
Además esa mujer la llamo la latina ¿Acaso no podía ser más amable?
Al parecer no.
Aún así, le prestó atención hasta finalizar la clase. Todos comenzaron a recoger sus cosas y salir en orden del aula.
Los estudiantes se encontraban caminando por los pasillos, otros en clase y algunos reunidos en grupo riendo y conversando. Lara se sentía un poco fuera de lugar. No veía a nadie que pareciera tener su edad todos eran unos pocos años mayores que ella, al parecer, era la más joven en su curso y no sabía si salir huyendo o alegrase de llegar allí siendo tan joven.
Las personas allí daban la impresión de ser elegantes, pulcras y con dinero. Sus miradas describían todo sobre ellos mismo. Sus miradas eran despectivas, algunos, la miraban curiosos, con diversión, con burla y otros con ¿Lastima? ¿Acaso Lara daba la impresión de dar lastima? Ella no lo pensaba así, ella podía caminar con la frente en alto tanto como ellos. La cantidad que tengas en el banco no te hace diferente a los demás. Se notaba a leguas que eran gente de buen estatus económico y social. Aunque, tal vez sea muy pronto para juzgar solo habían pasado un par de horas y aunque ya algunos la juzgan pues ella no cometería el mismo error. Así que, respiró profundo, apretó en su pecho el par de libros que cargaba y siguió su caminó por aquel pasillo del juicio.

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If You...
RomanceLara Jones es una chica que ha pasado por mucho en su vida, tantos recuerdos amargos que ha preferido olvidar, pero que sabemos que eso es algo imposible. Trás la muerte de su hermana menor decide cumplir el sueño que ambas compartian, ella lo hacía...