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La mañana se hizo presente en solo un abrir y cerrar de ojos. Lara aún se acostumbraba al nuevo horario pues en su país daba con venticuatro horas de diferencia, es decir, todo un día por lo tanto si aquí era de noche allá era de día, pero aún así dormía como si hubiese vivido toda una vida allí.

Lara tenía un sueño pesado. Su hermana siempre tenía que despertarla a jalones, tirones, cubetasos y unas que otras más técnicas.

Esa mañana se levantó raramente en cuánto su alarma sonó y eso se debía a lo ansiosa que estaba pues hoy era el día que deberá de organizarse para emprender su futuro.

Primero tendría que ir a la facultad dónde cursaría su posgrado de medicina. Logró aplicar a la beca GKS  Global Korean Scholarship, conocida anteriormente como KGSP Korean Govemmet Scholarship Program. Está beca es una de las más generosas en el mundo, las otorga el gobierno coreano, la ofrecen tanto para pregrado como posgrado. cubriendo un año del estudio del idioma coreano, el tiquete hasta Corea y una mensualidad para el seguro médico y demás gastos.

Habían sido años de mucho esfuerzo, noches sin dormir, prácticas, exámenes y más. Pero al final dió resultado y logró conseguir la beca.

Ese día se había puesto muy felíz, daba saltitos por toda la casa. Su hermana la veía extraño y al darse cuenta no evitó unirse a ella también. Ese día habían ido a festejar comiéndo helado, Lara, amaba el helado.

Lara se presentó en lo que sería su nueva universidad mientras cursará su posgrado. Al llegar una amable mujer la recibió y le orientó sobre todo lo que tendría que saber, su horario, días libres, materiales, prácticas y demás.

Se encontraba sumamente emocionada, veía el lugar como casi un sueño. Las instalaciones eran modernas, limpias y profesionales. Frente a ella se extendían largos pasillos, salones, laboratorios y demás, todo se encontraba equipado con lo necesario. Todo era tan sobrio y sofisticado, tan pulcro, era capaz de observar su reflejo si miraba al suelo. Las personas se encontraban vestidas elegantes portando batas de laboratorio. El personal de limpieza se mostró amable. Sus futuros compañeros eran chicos y chicas unos años mayores que ella, se sintió un poco intimidada y tenía claro que estaba allí para aprender y nada más importaba.

En cuanto a la búsqueda de empleos no había tenido tanta suerte. Visitó cafés, restaurantes, algunos hospitales y librerías. Dejó su currículum y número de contacto, y en todos habían dicho que la llamarían si decidían contratarla. Visitó otros lugares, pero seguían sin darle el empleo así que suspirando regresó a su departamento, habia Sido un día largo así que tomó una ducha y se dedicó a repasar los temarios dados por la universidad ya que debía de incorporarse en dos días.

Su celular sonó indicando la entrada de una llamada.

—¿Si?— Lara estaba tan concentrada en los libros que no miro el identificador de llamadas.

—MIRA TÚ— gritaron del otro lado haciendo que los ojos de Lara se agrandaran.

—¡¿BUENO, QUE TE PASA?!— gritó de vuelta.

—¿QUE, QUE ME PASA? ME PASA QUE MI QUERIDÍSIMA HERMANA ME HA TENIDO DOS SEMANAS ¡DOS SEMANAS! PENSANDO QUE UN CHINO SE LA TRAGO— reclamó aún gritando su hermana Lana.

Genial... Un drama...

—¿CHINO? LANA ESTOY EN COREA NO EN CHINA.

—ES LO MISMO.

—NO ES LO MISMO.

—AMBOS TIENEN OJOS DE ALCANCÍA ¿NO?

—CORRECTO.

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