¿Se imaginan no solo haber nacido con habilidades extraordinarias, sino también robar el corazón de un superhéroe (El capitán América)? Sería fantástico ¿Verdad? Pero deja de ser tan maravilloso cuando esto no te pasa a ti y si a tu prima... Ana una...
- Loki los espera a ustedes, pero no a mí... Tengo un plan...-Exclamó Mari ganándose la atención de todos.
-Mejor vete y deja que nosotros lo detengamos - respondió Stark con aires de superioridad.
-Deja que hable Tony... Quizá su idea pueda ayudarnos - refuto Steven.
Luego se dirigió a ella con mucha cortesía, junto a una sonrisa de esperanza:
-Por favor, señorita, díganos, cuál es su plan...
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Con el camino libre para hablar les explico lo que tenía en mente:
-Uno de ustedes se disfrazara con el uniforme del hombre que deje inconsciente, me llevara ante Loki, luego lo distraen por un momento y yo escapo con mi prima.
Una vez que ella este a salvo, entraran todos los demás y detendrán a Loki.
- Si hacemos eso corremos el riesgo de llegar cuando el ejército de Loki ya este aquí - refuto Stark, pues supuso que el plan no sería bueno.
- Y si no lo hacemos, corremos el riesgo de que una persona inocente muera- contradijo Steve.
-¡¿Qué prefieres que una sola persona muera o que miles mueran?! - cuestiono Tony de forma agresiva y mirándolo desafiante.
El ambiente estaba tenso, así que la agente Romanoff intervino para que no empezaran a matarse entre sí:
- Creo que es mejor someterlo a votación. Quienes estén a favor del plan de la señorita, alcen la mano.-dijo mientras levantaba su mano derecha.
Todos con excepción de Tony levantaron la mano. Ante eso Tony rodó los ojos.
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El capitán América se disfrazó de un guardia, pero antes de que le colocara las esposas (Que obviamente no iban a estar cerradas) me envió un mensaje:
Ani, Iré a rescatarte con la ayuda de unas personas. Pero si es posible, trata de evitar que abran el portal. Ten mucho cuidado.
Me acerqué donde el doctor Selvig a curiosear. Y ver como es que podía sabotearlo. - ¿Puedo ayudarle en algo doctor? - pregunté y le sonreí, él me miro no muy convencido. Así que mentí- Lo que sucede es que me apasiona la ciencia -de repente me inspire y añadí para convencerlo- y me sentiría honrada si pudiera ser parte del camino que nos guiará a un glorioso futuro.
