D O S

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Las caricias ligeras en sus mejillas lo hacían sentir cómodo, los brazos ligeramente musculosos le proporcionaban el calor que esa mañana ameritaba.
 
Era invierno, un invierno tan frío y demoledor...

Lo único bueno en ese amanecer era la compañía de su novio, el tono ronco de su voz entonando una canción muy cerca de su oído, los pequeños besos robados y sus piernas enredadas, le permitió relajarse aún más. Esta era una de las cosas que más amaba de su novio, la calidez y protección que le brindaba su aura.

Quizá el invierno sea frío y amargo para muchos, pero para Felix, en compañía de Minho, se sentía tan hogareño, caliente y amoroso en medio de esas cuatro paredes. Un invierno perfecto.

— Darling I'll be loving you till we're 70 – Thinking out loud eran las letras que escuchaba de su novio con un inglés de acento asiático demasiado marcado y adorable — And baby my heart could still fall as hard at 23 – sonrió sin poder evitarlo.

Era todo un poema escucharlo hablar en un idioma que no era el suyo con ese acento tan notorio, para colmo de males, Minho no era alguien a quien le apasionase la idea de hablar inglés así que debía darle méritos por despertarlo así las veces en las que dormían juntos.

Su novio era el mejor de todos.

— Buenos días, cariño – dijo besando los labios del mayor, sonrió al verlo tan despierto y con ojos brillantes en dirección a él. ¡Dios, como amaba esos ojitos gatunos brillando por él! — Cantas increíble, ¿ya te lo dije? – las mejillas de su pareja se sonrojaron.

Cayó a su lado, al poco tiempo de hacerlo, volteó su rostro hacia su dirección y conectaron miradas. A pesar de lo temprano que era y de las miles de obligaciones que tenían, por las mañanas, solo eran ellos dos, dos enamorados dándose atención y brindándose un amor recíproco que solo ellos entendían. Sus ojos delataban aquella conexión de cómplices, amantes, amigos, novios y no podían estar más encantados de ello.

Felix estaba tan enamorado...

Enamorado de Minho, enamorado de su amor, enamorado del tiempo con él. Sí, enamorado.

— Te amo – Minho besó el brazo cercano a él, aquel que le mostraba las clavículas del menor — No sabía que podía llegar a amar tanto a alguien hasta que te conocí. Eres tan hermoso, Felix – susurró. Ninguno de los dos lo aguantó por más tiempo y se besaron nuevamente, uniendo aquellos labios que rogaban por un mínimo contacto del contrario.

Estar junto al otro era una sensación inefable en cuanto a sentimientos. Con cada mirada que se daban, podían sentir un leve clic en sus pechos que todo les aseguraba que todo a su alrededor estaba bien. Sus cuerpos emanaban algo de magia cada que decidían caer bajo sus instintos primitivos, aquel instinto que lejos de destruirlos, solo lograba unirlos a un punto extremadamente afrodisíaco.

Joder, se amaban tanto.

Pero...

¿Qué les pasó? ¿Qué era aquello que les estaba afectando en la tan sólida relación que tenían?

Minho y Felix habían trabajado muchísimo para conseguir lo que hoy tenían. Se arriesgaron hace mucho y lejos de que todo fuera un desastre terminó demasiado bien. Ellos realmente encajaban de una forma tan perfecta.

Entonces ¿Qué era aquello que se les escapaba de sus manos?

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La música y el aroma a alcohol lejos de incitarlo a tener una noche desenfrenada por despecho, solo lograba hundirlo en memorias y recuerdos que hoy en día estaban lejos de volverse realidad.

Enamorados de un Recuerdo [MinLix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora