Extra 2

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Felix parecía bastante nervioso en aquel asiento del coche y Minho, que se encontraba a su lado sosteniendo su mano, mostraba una sonrisa burlona en su dirección y eso lo hizo encogerse un poco en su lugar.

- ¿Por qué tan nervioso, chico de oro? - preguntó. Felix se cruzó de brazos fingiendo no haber escuchado hablar a su novio. Minho esta vez no pudo evitarlo y soltó una carcajada limpia provocando una mueca de molestia en el rubio - No deberías estar nervioso, Lixie. Mis padres te van a aceptar - intentó darle algo de aliento. El menor alejó su pierna de la mano de su novio en un intento de mostrarle lo molesto que estaba.

- Eres muy malo, Lee Minho. ¿Cómo te atreves a avisarme así que iré a conocer a tus padres? - reprochó.

Para todas estas, la razón por la cual Felix estaba hecho un mar de nervios era que, cuando se encontraban en una cita casual, donde comieron un poco de helado, visitaron un zoológico y caminaron un poco, Minho soltó como si nada que luego visitarían a sus padres.

Así como si nada.

Esto para Felix había sido un golpe fuerte, primero porque no sentía que su vestimenta fuera la mejor, es decir, llevaba unos jeans rotos y un enorme abrigo que pertenecía a Minho. No, para él, esa no era una buena impresión. Segundo, porque no estaba preparado. Sí, llevaban un tiempo saliendo, pero jamás creyó que avanzarían tan rápido.

Felix no se sentiría tan ansioso si no fuera la primera vez que los conocería, pero lo era y según sus propios pensamientos, no estaba en las mejores condiciones para hacerlo.

- Te ves precioso, mi amor; no importa lo que vistas, todo va a lucir bien en tí - halagó. El rubio parecía avergonzado y esquivó la mirada de su novio para después sonrojarse - ¿Y sabes algo? Estoy seguro de que mis padres te amarán, porque ellos aman lo que amo... Y yo te amo a tí, Lee Felix - Pues si Felix antes estaba sonrojado, ahora lo estaba mucho más, tanto que cubrió sus orejas para evitar ser descubierto por el mayor. Minho rió un poco al mirarlo de reojo para después descansar su vista en la carretera.

- Aún así, no voy a perdonarte tan fácil - comentó luego de un rato el menor - Seguramente haré una videollamada sorpresa con mis padres y te pondré en la cámara para obligarte a conocerlos. Así sabrás lo que siento en estos momentos - Minho rió enternecido.

- Si eso te hace sentir mejor... - comentó. Felix volvió a recargarse mejor en el asiento jugando un poco con sus manos para liberar sus nervios. Faltaba bastante camino por recorrer y por esa razón Minho volvió a abrir su boca

- Mis padres quieren conocerte desde la primera vez que les conté de tí. Les dije que me gustabas mucho, que no sabía cómo un extraño era capaz de remover mi propio mundo con tan solo una sonrisa... Una sonrisa que ni si quiera estaba dirigida a mí, pero una sonrisa a fin de cuentas - Ambos sonrieron con timidez - Les comenté que estaba asustado. Me hacías sentir mucho haciendo tan poco que... Felix, te juro que no sé cómo me tuviste a tus pies en tan poco tiempo - confesó - Ellos estaban encantados y me dijeron que te llevara a casa de inmediato, querían conocerte lo antes posible... El problema radicaban en qué tú y yo no éramos nada, ni si quiera amigos... Yo no sabía cómo acercarme a tí sin ser muy pesado, además de que, asumí tu sexualidad sin consultarlo y eso me dejaba en desventaja en caso de que tú no hubieras sido gay. Así que les pedí consejos a cerca de cómo conquistarte - volvió a apretar el muslo del rubio y Felix llevó su mano por encima de la suya - ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? - preguntó.

Lix no pudo evitar soltar una risita y asentir cómo respuesta.

- Te ofreciste a sentarte conmigo en la cafetería. Dijiste que era un chico demasiado lindo para estar solo... Para ese momento no sabía mucho del idioma, así que creí que me estabas echando del lugar - decir que Felix no estaba avergonzado sería contar una mentira. Lo estaba, estaba muy avergonzado.

Enamorados de un Recuerdo [MinLix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora