Juju One-shots

Jajaa q gei t dejast metr el pit0 [Gojo × Geto]

Satoru y Suguru llevaban un par de meses siendo novios, sus momentos favoritos eran cuando estaban solos, que podían apreciar cada detalle del otro. Sin embargo, ambos tenían las mismas ganas de acelerar el proceso, pero al mismo tiempo ellos se tapaban el paso.

Se encontraban en la habitación de Satoru, estaban hablando, después se abrazaron y se besaron, ahí empezó el problema.

Pasaron de un romántico beso a uno lascivo y agresivo, lamiéndose y mordiéndose entre los dos, se suponía que uno de los dos tenía que sucumbir ante los labios del contrario, pero ninguno lo hacía. Suguru tomó la delantera metiendo sus manos bajo la camisa de Satoru acariciando su espalda, pero Satoru no se quedó atrás, casi le arranca la camisa a Suguru para quitársela, y el azabache viendo que no tenía camisa, también se la quitó a Satoru e intentó empujarlo para acostarlo y quedarse sobre él, pero el albino no se dejaba.

— ¿Por qué tan tenso...?

Satoru no le respondió, así que intentó acercar a Suguru a él rodeándole la cintura, pero Suguru estaba igual de tenso, no quería ser eso.

— No hagas eso... Acuéstate, mejor. — ordenó Suguru.

— No me voy a acostar. Quítate el pantalón — dijo indiferente.

— ¿Oral primero? — inquirió con mucho interés.

— No, te voy a preparar.

— Olvídalo — Suguru se sacó el miembro del pantalón — Abre la boca.

— No. — también saca su miembro del pantalón — Tú abre la boca.

— Satoru... ¿Tienes miedo de que te lo meta? — preguntó Suguru en un tono burlón.

— No. Estoy acostumbrado a meterlo — habló serio Satoru.

— Es lo mismo — se quejó.

— ¿Y tú no quieres que te lo meta ni siquiera en la boca? — preguntó suspicaz

— ¿Sabes? Tengo una idea.

— Respóndeme — insistió el albino.

— Quítate la ropa — le ordenó mientras él se quitaba el pantalón y el bóxer —

— Por fin tomas una sabia decisión. — prosiguió a quitarse la camisa —

Una vez que los dos ya estaban desnudos, Satoru espero a que Suguru se pusiera en una posición o algo, pero lo que el azabache le dijo le dejó sorprendido:

— Hagamos una posición en la que ninguno pierde: sesenta y nueve.

— ¿Sesenta y nueve? ¿Tanto miedo tienes?

— No es miedo.

El azabache se acostó boca arriba y Satoru se posicionó sobre él como indicaba dicha posición.

Unos minutos después acabaron.

— ¿...Ya...? ¿Podemos seguir...? — Satoru miró a su pareja mientras se relamía el labio superior —

— Ah... Satoru, con tu bella cara deberías ser el de abajo... — Sin duda alguna el rostro de Satoru en ese momento se veía muy lindo, todo sudado y excitado. Con delicadeza acarició una nalga de Satoru, a éste le dio un escalofrío. Satoru se quitó de encima de él con mucha rapidez.

— ¡Olvídalo! ¡Abre las piernas! — Satoru le apretó los muslos, haciéndolo soltar un pequeño gemido —

Rápidamente Suguru se sentó con las piernas cruzadas y brazos cruzados.

— Así no vamos a lograr nada, tenemos más rato peleando que haciéndolo — se quejó Satoru.

— ¡JA! Mira quién lo dice. ¡Cada vez que te digo para abras las piernas de gallina que tienes, te asustas y te alejas!