i. five years

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HAMALL
Capitulo Primero

HAMALLCapitulo Primero

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I. Cinco años.

Hamall Black era aficionada a el cuento de Alicia en el país de las maravillas, desde que leyó el libro, le pidió a su padre Orión un vestido azul claro con unas medias de rayas blancas y negras. Narcissa su prima, la peino con un lazo negro y uno blanco en la cintura atado hacia atrás. Ese día estaban en la mansión de Druella y Cygnus, los adultos adentro, y los niños afuera. La pequeña Hamall jugaba con su conejo blanco —regalo notorio de Alparh Black— en el patio junto a Cissy, ella era Alicia y Cissy la reina Blanca, y Bellatrix la reina de Corazones. Sirius estaba hablando con su prima Andrómeda y el pequeño Regulus estaba en una manta leyendo un libro.

—¡Ven Mr. Conejo! —llamó la pequeña Hamall a su mascota peluda. Cissy y Bellatrix miraban a su prima menor correr por su mascota peluda.

—¿Cuanto crees que dure Mr. Conejo con Sirius? —preguntó Narcissa a su hermana mayor. La morocha miró a su hermana y después a su prima.

—Unas semanas más, seguro y el tío Orión le compra un gato cuando el conejo explote o sea cocido —respondió ella.

—¡Lo tengo! —dijo feliz la niña corriendo hacia ella. En un momento, cayó de cara al suelo. Las tres mayores se levantaron y corrieron hacia la niña, dejando a un Sirius riendo y a un pequeño Regulus preocupado por su hermana.

—¡Lea! —dijeron las dos menores dejando a Bellatrix revisar a la menor. Bella sin importarle mucho su vestido se arrodilló con Hamall.

—¿Estas bien Lea? —preguntó la mayor, llamando por el apodo a su prima favorita, claro en secreto. La pequeña aún tirada boca a bajo, miraba una mariquita caminar entre la tierra y el césped—, ¿Lea? —alzó la cabeza con una sonrisa, sacándole un suspiro a las tres hermanas.

—¡Hay una mariquita! —dijo alegre. Bella miró neutral a su prima, ¿que no debería de estar llorando como Narcissa o Andrómeda cuando se caían de más niñas? Negó divertida alzando la y limpiando la para que ninguna tuviera un regaño.

Al final del día, Hamall miraba las estrellas por su ventana, entre poco sería su cumpleaños número cinco. Mentiría si dijese que la desanima un poco. Eso le recordaba que no era hermana de Sirius ni de Regulus, lo había escuchado de su mamá y su papá una noche. No era tonta. Al final se acostó a dormir pensado en ese seis de Enero.

Sirius Black nunca le gustó Hamall, desde siempre a sido la favorita de su padre, la mejor en todo y la consentida de todos. Incluso la loca de Bellatrix la trataba con cariño. Asco. Sabía cuánto Mr. Conejo era importante para Hamall. ¿Porque llamo a un conejo Mr. Conejo? Que sentido tenía. Sirius nunca entendió que pasaba por la mente de Hamall. Porque era mayor. Porque Regulus la prefería antes que el. ¡Porque todo era Hamall Aurora Black! ¡El era más importante que ella! Sabía que cuando crecieran sería mejor que ella, en todo. No sería una serpiente, así todos lo preferirían a el.

En cambio el menor de los tres, Regulus Arcturus Black, era un niño dulce, tímido y muy sumiso —algo que solo Orión, Sirius, Hamall y Narcissa sabían—, claro eso solo lo demostraba muy poco, con su típico porte serio y tranquilo. Regulus amaba tanto a Hamall como a Sirius. Prefería estar con Hamall que con Sirius por razones obvias. Primero: Hamall prefería leer con el, que Sirius. Segundo: Sirius se burlaba de el, por sus preferencias. Tercera y última: Hamall jamás, nunca, en la existencia lo dejaría solo o se alejaría de el. Distinto a Sirius, cuando supieron sobre Hogwarts, en privado los tres solos el dijo:

—¿¡Slytherin!? ¡Jamás! Prefiero ser un traidor que a seguir a un sin nariz y estar en esa casa —dijo dejando muy claro sus ideales. Claro Hamall y Regulus pensaban distinto.

—Sirius, ¿que tiene que ver el nombre de una casa con sus antepasados? —dijo—, ¡en nada! —se respondió—. No importa la casa, lo que importa es quien eres y serás. La casa no define tu persona. Solo por ser Hufflepuff no serás siempre amable y miedoso, no solo por ser Ravenclaw serás un sabelotodo parlanchina, no solo por ser Gryffindor serás valiente y leal. No sólo por ser Slytherin serás malo y oscuro.

Claro que eso comenzó otra disputa entre los hermanos. Ganarnos Hamall al recibir el apoyo de Regulus. Los hermanos Black eran tan distintos que a la vez tan iguales.

H. S. R.

Los hermanos Black celebraban el cumpleaños número cinco de Sirius. Estaban en el patio de atrás jugando con sus primas, quienes a regañadientes aceptaron jugar con los tres. Sirius comía de todo a escondidas y se burlaba de Hamall cuando su vestido se ensucio con tierra y crema. A la menor poco le importaba. Habían venido las niños de su edad. Algunos mayores. Cómo los hermanos Lestrange y Lucius Malfoy. El menor de los Lestrange, Rabastan de siete años miraba todo aburrido, de vez en cuando miraba al cumpleañero. Rodolphus de doce intentaba esconderse de Druella Black, la loca hablaba con su padre Patras para cazarlo con la mayor, Bellatrix. Claro la misma también  se escondía de su loca madre. En cambio Lucius Malfoy miraba a la dulce Narcissa de siete años, mientras escuchas a Druella hablar con su padre Abrax, hacer un contrato de matrimonio en un futuro con su hija menor. ¡La vieja estaba loca! ¡Loca! En cambio Andrómeda se salva que Evan Rosier ni su madre no habían podido venir ese día. Así que estaba feliz de la vida.

Al final fue un éxito, nadie murió ni fue torturado o algún regaño o pelea. Gracias a Merlín y todos los dioses que nada paso en el cumpleaños de Sirius. Al final ambos Lestrange y el único Malfoy se fueron felices de la vida tras no volver a escuchar más sobre un futuro matrimonio con algún Black —que sea arreglado— en mucho tiempo.

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