HAMALL

iv. the horror of the Lestrange and Black family

HAMALL

Capítulo cuatro.

IV: El horror de la familia Lestrange y Black.

Hamall Black celebraba su décimo cumpleaños, feliz de la vida. Corría por todo el patio de su casa feliz, su padre le había comprado un overol para su cumpleaños y Walburga ni dijo nada. De pronto sintió su pecho dolor. ¿Porque dolía tanto? Su sonrisa desapareció mientras caminaba hacia Rabastan.

—Basty —murmuró.

Rabastan Lestrange apenas vio a su pequeña amiga sangrar por la nariz y caer desmaya, Narcissa quien escucho el grito de Rabastan, grito horrorizada mientras corría junto a Bellatrix hacia su prima.

—¡Hamall! —gritaron. La agarro entre sus brazos preocupado—, Hamall, Lea despierta, vamos pequeña Aurora despierta —llamaba a la niña.

—¡Hamall! —gritó Orión agarrando a su hija, rápidamente sin titubear se apareció en Sant Mungo, donde quiso desear jamás haber ido.

—Lo siento señor Black —dijo el medi-mago.

La familia Black estaba devastados con la noticia. No podía creer lo que sucedía, la pequeña Hamall, jamás les Apso por la cabeza aquello y menos a Hamall.

—Vera señor Black, su hija Hamall tiene un sistema inmunológico muy débil, es decir; le puede pasar muy a menudo desmayos, sangrado de nariz, dolores de cabeza, cansancio, entre otros. Puede llegar a enfermarse con mucha más frecuencia, tendría usted y su familia vigilar su alimentación, además de cuidar que no se expongan mucho al sol ni al frío, tampoco que esté mucho tiempo en aguas frías, siendo mares, ríos, playas y lagos. Abrigar la bien en invierno, otoño y cuando haga frío, también en épocas lluviosas. Cuando sea verano, que no se expongan mucho tiempo al sol si es entre las diez de la mañana hasta las dos, dos y media de la tarde, también colocarle bloqueador solar y que no haga mucho esfuerzo físico... —explicó—, y... puede llegar a tener problemas respiratorios y del corazón...

Orión asintió con un nudo en la garganta viendo a su hija dormir en la camilla de aquel hospital. El doctor salió después de darle un pergamino con... medicinas y Pociones, además de instrucciones por si empeoraba. No quería esa vida para Hamall. ¿Que mal había hecho ella? Ninguno, esa era su respuesta.

—Papi —la débil voz de su hija lo hizo reaccionar. Rápidamente se acercó a su hija con lágrimas en los ojos—, ¿que sucedió?

—Tranquila mi Lea, solo necesitas recuperarte ¿Si? —dijo con una débil sonrisa. La niña asintió mientras tocaba su estómago.

—Me duele papi —murmuró. Orión sabía porque, habían moretones en su estómago debido a su enfermedad.

—Ya, ya, ahorita el suero se acabará y podrás ir a casa —dijo.

Hamall asintió ante lo dicho por su padre. Le dolía todo y el pecho, suspiró mientras volvía a cerrar los ojos. ¿Que tan malo fue para que estuviera en el hospital? Habían pasado las semanas y Hamall estaba más triste. Tras descubrir que sucedía con ella, su único apoyo era su amigo, su prima mayor y su hermanito. Claro estaba el resto de su familia y los Lestrange; pero ellos tres eran, son y serán su pilar para no estar sumida en la tristeza. Aunque Bellatrix y Rabastan tengan que regresar a Hogwarts. Todas las tardes pasaba leyendo y escribiendo en su diario. Dibujando y tomando clases de Francés con Regulus, y de piano y violín con Sirius.

Solo había un problema. Su madre Walburga, aún ella sabiendo de su condición, siguió presionando la en todo. Ahora los castigos eran peor. Crucios. Eso era, a Sirius más que todo. El varón mayor de los Black siempre se culpaba de todo por su hermana y su hermanito menor. Bien tras saber la condición de Hamall, se había lamentado todos los malos tratos hacia su hermanita —si, Sirius tomó el rol de hermano mayor junto a Hamall— y su hermanito.

Y eso, era el horror de la familia Lestrange y Black, todos a su modo querían a Hamall, y a su modo los entristece por lo que pasa la niña. No sabía qué hacer, pero el siguiente año iría a Hogwarts, y eso preocupaba a Bellatrix Black, Rabastan Lestrange y Orión Black sobre todo.