-"¿Hamall Aurora?, que te digo sobre ella, solo te podría decir que es un ángel caído, pagando los pecados de los que fueron su familia."
Si le preguntabas a las personas sobre Hamall Aurora, te dirían lo mismo, un ángel caído pagando los pecados de...
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V: Tren escarlata.
Hamall Black y su familia estaban en la estación del tren, el único que se quedaría de ella, su hermano y sus primas era el pequeño Regulus. Tras muchas indicaciones de sus padres y el señor Lestrange, abrazo a Reggie y subió de la mano con el seri Rabastan Lestrange. Abrazo a Sirius y lo dejo escapar de sus primas. Bella, Andy y Cissy fueron a uno aparte con sus amigas junto a Rodolphus, Rabastan quiso quedarse con ella.
—¿Segura que no quieres ir hacer amigos? —preguntó después de media hora de viaje.
—No Basty —respondió mirando la ventana—, iré con Sirius, le pediré algunos galones para comprar una rana de chocolate y una varita de regaliz —avisó. Rabastan asintió.
Ese día hacia frío, así que llevaba su vestido de color negro liso y un abrigo rojo. Camino por los compartimento buscando a su hermano, cuando lo encontró al otro lado del tren —durando quince minutos—, entro y miró a cuatro niños más y una niña pelirroja.
—¡Lea! —sonrió el morocho—, ¿ocupas algo? ¿Te sientes mal? —preguntó extrañando a los del compartimiento.
—No Sirius —tranquilizo a su hermano—, vine por dos galones, quiero una rana de chocolate y una varita de regaliz —dijo.
—Mira, tengo dos ranas y una varita, ¿las quieres? —preguntó un castaño de ojos cafés. Le sonrió levemente.
—Gracias —dijo—, por cierto; soy Hamall Black, adiós —se despidió de todos caminando con las ranas y la varita hacia su compartimento.
Lily Evans miró por donde se había ido Hamall Black. Sin dudas un bonito nombre. Sus pensamientos sobre la niña fueron arruinados por Potter.
—¿A qué casa quieren ir? Yo a Gryffindor —dijo el castaño.
—Sin dudas donde sea menos en Slytherin. ¿Tu Remus?
—Ravenclaw —respondió tímidamente. Peter Petigreew solo murmuró Gryffindor.
—Yo Ravenclaw igual, ¿tu Sev? —preguntó a su amigo.
—Slytherin —dijo serio.
—¡Es la peor casa! —una pelea comenzó. Al final la pelirroja y el pelinegro se fueron enojados con los dos niños mimados.
Hamall se cambió con cuidado su uniforme, juntó con su abrigo y sin su túnica, se la dio a Sirius apenas bajo del tren. Odiaba usar túnicas. Sirius corrió detrás de su hermana, quien saltaba y tararea una canción en Francés. Se asustó, sabiendo que estaba húmedo y se podía caer.
—¡Lea, te puedes caer! —dijo. La niña suspiró mientras miraba a su hermano.
—Lo sé Siri, ve con tus amigos, yo iré con ellos —señaló una barca. Asintió mientras le daba su túnica y ella le prometía ponérsela después de llegar al castillo.
