–¿Seguro que no quieres que me quede atenderlos?– pregunté a mi hermano confundida, él negó pasándome el sombrero.
–Estaremos bien, sé preparar el café– me dio un beso en la mejilla y me sacó de la casa, parpadee varias veces y me fui irritada al campo detrás de la casa.
Mi plan era acostarme bajo un árbol observando el hermoso cielo, pero se vio interrumpido por una voz que conocía perfectamente.
–¡Deja de caminar por un maldito segundo y espérame!– una chica de cabello pelinegro corría como podía en ese vestido ostentoso.
–Ruth Chadburn, que desagradable sorpresa– sonreí forzadamente, ella al llegar a mi lado soltó un golpe en mi hombro.
–Tan linda como siempre– jadeo cansada, me quedé esperando a que recuperara el aire. –Ya, ahora sí saludame como se debe– me tomó del rostro dejando un beso en la comisura de mis labios.
–Ruth, nos pueden ver acá afuera– negué mirando a los lados y dejé un beso en su mejilla, ella giró sus ojos tomando mi brazo comenzado a caminar.
–¿A dónde ibas, hermosa?– miré a otro lado apenada, ella rió empujandome.
–Iba a tener un momento de paz, pero llegó alguien revoltosa y ya no sé si ir a ese lugar– sonreí maliciosa, Ruth abrió la boca indignada.
–Disculpa, pero sabes que a pesar de eso, yo alegro tus días–
–Eso no lo discuto– toque levemente su nariz y seguimos caminando en silencio
Ruth Chadburn es hija de unos de los hombres con más dinero en el pueblo, a pesar de que no va a la escuela es sumamente inteligente y talentosa, tiene una voz increíble que al solo escucharla, no quieres dejar de hacerlo. Le encantan los niños y cuando puede se ofrece a cuidar de unos cuando las madres no pueden hacerlo, pero a pesar de su encanto por los infantes, no le interesa el matrimonio ni mucho menos tener un bebé, dice que no quiere perder su tiempo manteniendo a un hombre vago que solo se interesa en ella por el dinero de su padre.
Hemos sido amigas desde que teníamos 8 años. Cuando mi padre nos abandonó a mi madre, hermanos y a mí, el señor Chadburn se ofreció a darnos un techo y comida para seguir adelante. Ese día una pequeña con coletas se acercó a mí ordenándome que jugara con ella, yo confundida y asustada por estar en un nuevo hogar me alejé de la niña, pero Ruth no se rindió hasta que me atrapó en su cuarto y jugamos toda la tarde con sus muñecas.
–Mamá y papá dicen que cuando irán a visitarlos– estábamos acostadas bajo un árbol, volteé a verla con una mueca.
–No lo sé, estamos algo cortos de dinero y no podemos llevar algún presente– tapé mi cara con el sombrero quejándome. Sentí como lo quiso quitar pero me aferré a él sabiendo el sermón que me daría.
–Winter, sabes que no es ningún problema que vayan a casa y mucho menos si no van con nada en manos, mamá y papá los extrañan mucho, Isaac pregunta todos los días por ti y William por Angus– suspiré cansada, dejé que por fin quitara el sombrero y sostuvo mi rostro, nos quedamos viéndonos a los ojos. –Yo también te necesito– susurró mirando mis labios, me quedé quieta sin saber qué hacer. Ella se acercaba poco a poco y cuando estábamos por juntar nuestros labios, alguien carraspeo haciendo que nos separemos rápido.
–¿Interrumpo algo?– Sue sonrió falsa, yo me levanté nerviosa pasando las manos por mi vestido.
–Susan, la verdad es que sí, tan inoportuna como siempre– Ruth se levantó sacudiéndose, la miré para que se comportara y ella giró los ojos.
–¿Qué haces aquí Sue?– pregunté ayudando a Ru poniendo su sombrero.
–Venía a buscarte para saber si me querías acompañar a comer ya que Austin está con tu hermano– Gilbert no quitaba la mirada de mis acciones a Chadburn.
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Siempre serás tú «Sue Gilbert»
Truyện NgắnWinter Black está perdidamente enamorada de Sue Gilbert, pero sabrá que no siempre se tiene lo que deseamos, y tendrá que vivir con eso por el resto de su vida.