| Reencuentro pt 1 |

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El título ya dice todo 😈👌
⚠️TW: posible violencia y acoso (en el de Baji y Draken)⚠️

Sano Manjiro; Mikey

Años habían pasado desde que (N) se mudó, fue muy repentino, simplemente un día desapareció de la casa, desde ese día Mikey no la había vuelto a ver.

Por algún tiempo creyó que ella no lo quería y despreciaba sus chetos con mocos, por una parte era triste y por otra estaba enojado porque quería a su amiga de vuelta.

Era uno de esos días dónde paseaba con su mejor amigo buscando postres y de hecho una nueva pastelería había abierto.

— ¡Vamos, Kenchin, quiero pastel! — El enano jalaba a su amigo del haori.

— Ya, ya, andando. — Suspiró el rubio alto.

Manjiro entró corriendo, era un lugar bonito y ver los distintos pasteles en exhibición se emocionó, a pesar de tener quince aparentaba tener 3 y no hablo físicamente.

— ¡Mira, hay como cinco pasteles que no he visto en mi vida! — Chilló. — Estoy en el paraíso.

Draken al ver como Mikey estaba a nada de lamer el vidrio lo agarró por la ropa y lo sentó en una silla, algo lejos del mostrador.

— Sean bienvenidos, ¿En qué les puedo servir? — Una muchacha con libreta en mano estaba frente a la pequeña mesa.

— Tres dorayakis, dos pasteles de fresa, cuatro flanes y una coca cola light. — Apuntó a la carta el rubio chiquito y la miró a los ojos.

Draken ya estaba acostumbrado a la glotonería de su amigo. — Un arroz con leche.

La chica asintió. — Regreso en un momento con su pedido.

La mesa quedó en silencio, hasta que Mikey habló.

— ¿Sabes? Creo que es ella. — El rubio observaba a la camarera cortar y servir pedazos en una charola.

— ¿Por qué lo dices? — Claramente estaba al tanto, porque el rubio pequeño hablaba sobre su amiga de la infancia que cada que podía le regalaba limonada y Emma le contó más detalladamente el chisme.

— Pues obvio reconozco esa forma de servir las cosas y tiene el mismo cabello y ojos. — Manjiro tenía una mano en la barbilla, intentando que su análisis se vea más "inteligente", como las gafas de Baji.

— Si tú lo dices... — La verdad era que el alto no tenía muchas esperanzas, a su punto de vista no podía ser tan obvio, era muy cliché.

Tras unos minutos la camarera regresó con la charola y sirvió. — Aquí tienen.

— Oye, ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó el rubio más bajo, Draken comía felizmente.

— ¿Hmm? (A)(N), ¿Por qué? — Draken dejó de comer.

«No podía ser esto tan cliché.»

En menos de un segundo Mikey dió un salto de la mesa y abrazó a la muchacha, dando vueltas con ella. — ¡Si eres tú, si eres tú! — La (c/c) se estaba mareando.

— ¡Mikey, vas a hacer que se caiga!

La muchacha agarró al chico de los hombros y detuvo su movimiento. — ¿Mikey? ¿Sano Manjiro?

— ¡Si! — Y ambos se volvieron a abrazar, aunque la muchacha apretaba más, solía pensar en él y mucho.

— ¡Te extrañé tanto, pensé que no te volvería a ver! — Se detuvieron para verse fijamente a los ojos, ella con lágrimas acumulándose. — Quise encontrar de nuevo el Dojo pero me perdí. — Rió.

Tokyo Revengers: EscenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora