Cuatro años antes...
Mi respiración esta agitada, la fuerza que están haciendo mis pulmones están causando que todo se nuble en breves momento, el color negro esta en pequeñas manchas en mis ojos, pero trato de ser fuerte.
Busco entre los cajones de la cocina, ella había escondido todo en sobre manera, la comida casi la hacía con las uñas porque ella un estaba insegura. El cajón uno, el dos y el tres están vacíos, unas simples cucharas de madera es lo único que podía encontrar, unos palitos chinos y quizás unas tonterías más que seguramente no me servirían de nada.
-¡CAMILA!- el grito es un estruendo por toda la casa, trato de mantener la calma pero no consigo nada. Los cojones están vacíos.
Grito al aire y mis lágrimas siguen bajando por mis mejillas con dolor.
-¡MALDITA BASTARDA!- el sonido de las escaleras bajando, el retumbe me hace sentir que mi corazón va a salir de mi pecho. Tomo un tenedor y trato de quitarme el rastreador de mi tobillo izquierdo, sé que tengo poco tiempo así que trato de salir lo más rápida que puedo de la cocina.
El maldito aparato no se desajusta y me estoy descontrolando, veo la puerta de un cajón que tiene un candado y con fuerza lo golpeo hasta que la pequeña puerta se abre.
Una fila de cuchillos están guardados, trato de tomar uno y lo empuño en mi mano, siento la sangre seca entre mis piernas, pero cuando me levanto lo primero que escucho a mi costado derecho es el sonido fuerte del impacto de una bala.
-¿Crees que te iras de aquí?- ella ya no es amable, ella no es dulce, ella no es nada de lo que dice ser.
-¡ALEJATE!- le grito con fuerzas pero ella se ríe mirándome de arriba hacia abajo.
-Para matarme tienes que acercarte, ven linda cosita- ella dice con malicia, sus pantalones aun están abiertos y por el costado de su frente está goteando sangre. Puedo ver el fuerte golpe que le ocasiones con una de las maderas de la cama que había logrado desajustar –Acércate, no te voy hacer nada- camino como puedo alejándome de ella lo mejor que puedo -¡ACERCATE, MALDITA SEA!- grita con fuerza y dispara de nuevo en mi dirección.
Me encojo como puedo y ella apunta el arma a mi cabeza.
-¡MALDITA SADICA!- ella se ríe sin dejar de mirarme, toma un poco de la sangre que escurre de su costado con sus dedos medio e índice y los lame.
-Me gusta más la tuya- ladea su cabeza con su mirada desenfocada –Vas a odiar haber querido escapar de mis manos esta noche- otro disparo hace que salte y antes de ella que pueda mover lanzo el cuchillo y se clava en el hombro derecho logrando que ella suelte el arma -¡MALDITA!- se inclina de dolor y aquello causa que yo salga corriendo.
Me encuentro de nuevo frente a frente con los espesos árboles y con la inmensa oscuridad.
-¡TE VOY A MATAR!- la voz es fuerte, el estruendo es mucho peor. Aun así corro lo más que puedo escuchando el crujido de las ramas detrás de mí.
Sé que ya no tengo oportunidad, pero ya no tengo otra salida.
-¡NOO!- grito de dolor, es fuerte la punzada cuando un disparo dio directo en mi pierna. Caigo de rodillas sintiendo un fuerte dolor, pero cuando me quiero levantar para seguir corriendo, mi pierna no tiene fuerza y vuelvo a caer, trato de correr arrastrando la pierna pero otro disparo llega justamente en mi brazo derecho -¡AHH!- grito, mi dolor se extiende y caigo al suelo.
-¿No crees que debe saber más delicioso tu sangre en conjunto con la mía?- su voz es ronca, ella debe estar sudada por la carrera.
Ella no me gira pero siento cuando cae de rodillas detrás de mí y abre mis piernas para posarse en medio de ellas.
Miro por encima de mi hombro y con mi brazo bueno trato de alejarme, veo como la mancha de sangre en su camisa de vestir blanca es cada vez más grande, pero ella no se ve perturbada, ni siquiera cuando me toma de mis pantorrillas y me acerca a ella.
-No, por favor no, déjame ir, por favor- sollozo con fuerza tratando de alejarme pero ella no dice nada. Saca su miembro ya duro y arranca mi camisa como puede dejándome desnuda.
El peso de su cuerpo cae encima de mí, algunas ramitas lastiman parte de mi torso por el peso de ella aplastándome.
-Te dije, que no te ibas a ir, que nadie te va a alejar de mi- ella murmura en mi oído metiéndose de golpe.
-¡DUELE!- grito de dolor pero ella solo embiste. Su mano derecha me toma del mentón y me hace besarla aunque me niego, trato de girar el rostro pero siento como pone el cañón de su arma en mi sien y como ligeramente siento el ardor por ser utilizada antes.
-Me vas a besar y te va a gustar, te voy a coger como la maltita puta codiciosa que eres y llenaras tu maldito coño de mi semen ¿Estas entendiendo Camila?- sus palabras son rudas y siseada.
Ella embiste con fuerza, pero no se levanta, suelta mi mentón y me sigue cogiendo en medio del bosque, con el frio congelando mi cuerpo, con la sangre goteando de las dos y la fuerte punzada de dolor por los disparos en mi cuerpo.
Ella gime en mi oído y yo aprieto mis ojos con fuerza porque no aguanto el dolor, siento como si me hubiera desgarrado de nuevo, ella no es pequeña y su rudeza hace que se acentué el dolor.
Me toma del cabello con fuerza y siento el ardor, incluso antes de soltar mi cabeza que golpea el suelo y raspa parte de mi mejilla, deja un beso en mi hombro, pero cuando tiene su mano libre, la baja hasta mi muslo y toma parte de mi sangre presionando en la herida de bala y la alza para introducirla en mi boca.
Trato de no hacerlo pero su arma sigue apuntando en mi sien.
-Sabe bien ¿Cómo no te va a gustar tu dulce sangre?- murmura en mi oído mientras la siento lamer la herida de mi hombro derecho –Prometo curarte princesa-
-¡Ah!- grito de dolor cuando me penetra de forma seguida. Dos, tres y cuatro embestidas hasta sentir como su semen queda dentro de mí. Dejo caer mi cabeza hacia adelante y ella saca su miembro aun duro de mi cuerpo para girarme.
Me siento exhausta y mi mirada esta desenfocada, mi respiración agitada y veo delante de mí de nuevo a Lauren, ella se deja caer de nuevo encima de mí cuerpo.
-¿Qué quieres ver hoy? Tengo unas grandes ganas de ver una película, podemos hacer palomitas de maíz con mantequilla y tomar unos refrescos. Tendremos una noche de películas mi amor, así como salen en la televisión ¿No te gusta?- ella dice todo eso con suavidad y besa mis labios –Es como una pequeña cita dentro de casa, es lo que hacen las parejas-
-Yo no...- mis palabas quedan a medias porque me besa mientras presiona su pierna en mi herida del muslo y su arma en la herida del hombros.
-Primero nos curaremos cielo, tengo que curar a mi princesa y luego ella me tiene que curar a mí, como la dulce y adorable pareja que somos ¿Verdad?- besa mis labios de nuevo –Prometo ser amable contigo amor mío, solo si lo eres conmigo- dice antes de levantarse.
La veo meter el arma en la parte delantera de sus pantalones luego de abrocharlos y lanzarme en su hombro izquierdo.
Y así es como de nuevo, vuelvo a mi prisión.
Bye Bye