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Mi cuerpo esta adolorido, las sabanas debajo de mi cuerpo tiene fluidos mezclados de lo que en algún momento fue el placer de Lauren junto con el mío.

No, esto no es lo que pensé para iniciar, soy una maldita insolente que ama a esta mujer con locura, pero no pensé que la mujer detrás de ese gran escritorio, esa mujer millonaria y de trajes a medida, fuera tan sádica y despiadada.

¿Acaso no lo era yo? Sé que mis pensamientos se remontan a la noche en la que pensaba secuestrarla, pero nunca pensé hacer algo como lo que ella me ha hecho, sin embargo y con todo el amor que le tengo, me siento en la necesidad de tener que irme.

Mi cuerpo está cansado y mis manos aun están atadas, las siento sensibles y adoloridas.

Muerdo mi labio cuando siento como la manija de la puerta es movida, poco a poco la puerta se abre y veo como Lauren esta aun con la camisa de vestir llena de sangre por la forma en que la escupí.

Ama maltratarme, le gusta mi sangre y degusta mi sudor. No sé en donde me metí, pero aun así, quiero irme, pero al mismo tiempo mi cuerpo me dice que aquí es donde pertenezco, al lado de una mujer que esta tan desquiciada como lo estoy yo.

Sus pantalones ya no llevan cinturón y están ligeramente abiertos. Ella sonríe cruzándose de brazos mirando lo que ha causado en mí.

-¿Sabes todo lo que he tenido que hacer para poder bajarme la erección que tus fluidos han logrado?- su pregunta me hace negar y ella sigue riendo -¿Ahora no te gusto? ¿No se supone que eras tú quien me perseguía a cada momento? ¿No eres tú que tiene mis pertenencias dentro de tu cuarto para hacer tus fechorías?- trago hondo pero no abro mis ojos en asombro. Lo veía venia, desde que escuche su voz la noche anterior.

No puedo dejar de mirarla.

-¿Piensas que siempre has sido tú la que me acecha? ¡¿MALDITAMENTE SABES QUIEN SOY YO?!- me encojo en la cama lo más que puedo para alejarme, pero ella nota mi acción y su mirada se enfurece –Te dije que no te alejaras- el tono de voz en sombrío y por un momento siento mis lágrimas bajar por el miedo que siento, mi corazón está latiendo con más fuerzas de las que he pensado, y más cuando la veo inclinarse y sacar algo debajo de la cama -¿No te dije que no te alejes?- retengo el hipido del sollozo y asiento mientras niego, siento como si todo en mi cabeza se está descontrolando.

Una vara de madera es lo que veo en su mano, alza su mirada y luego la baja hacia ella y pasa sus dedos por encima del material. Veo como su lengua raspa sus incisivos superiores antes de sonríe ladeado, una sonrisa que refleja maldad pura.

Camina de un lado a otro, sus pasos son lentos y algo estable hasta que ella me toma de los pies y tira de mi cuerpo, trato de moverme con rapidez pero ella es más fuerte y aunque parece pesada, es ágil.

-No niña, no te iras de mis manos ¿No es esta la vida que soñaste?- sus palabras son sombrías y crudas.

Sé que fue la peor persona, pero nunca me atreví a atacar a Lauren, la aceche y si, tenía pensado secuestrarla pero ni siquiera le puse una mano encima antes, ni siquiera interactúe con ella o con sus amantes, no hice nada que ella hiciera que me notara entonces ¿Cómo ella me descubrió?

Me pierdo en mis pensamientos y luego siento como mi cuerpo es girado para quedar despaldas, y antes de que pues actuar, moverme o agitar mi cuerpo el sonido de la vara contra el aire y luego contra mis piernas retumbarte en mis oídos.

-¡Te dije que no te alejaras!- no es un grito, pero la molestia en su voz y en la forma tan ruda y cruel con la que ha golpeado mis muslos traseros hace que sea yo quien grite de dolor.

¿Afable?  |Camren G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora