Capítulo 8

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Me encanta estar rodeada de mi familia, disfruto escuchar su risa, sus anécdotas, me encanta su compañía, pero también me gusta el silencio, siempre voy a necesitar tiempo para mí, tiempo para pensar es por eso que cuando mi mamá dijo algo sobre ir al cumpleaños de uno de los amigos de juan hice lo posible para no ir.

Es por eso que después de una semana muy cansada me encuentro en mi cama mirando al techo, no miento cuando digo que ha sido una semana muy pesada, la escuela ha barrido el piso conmigo esta semana y si literal, el miércoles iba tarde a la clase de historia iba corriendo a más no poder me caí en medio pasillo esa fue una caída no muy linda

Después de estar en completo silencio empiezo a escuchar pasos en las escaleras y sé de quién se trata sin ni siquiera intentarlo, ya me encuentro sonriendo como tonta, los pasos cada vez más se escuchan cerca de mi habitación

Yo aquí sonriendo como estúpida pensando que sé quién es, e imagina que fuera un ladrón

Me muero

Bueno, pero se quién es por qué me escribió que ya casi llegaba

En cuanto escucho que la puerta de mi cuarto es abierta, me levanto de la cama y lo veo, mi sonrisa se vuelve más grande

Una vez que ha cerrado la puerta, corro abrazarlo, envuelvo mis manos alrededor de su cuello y él pone sus manos en mi cintura

Dejo de abrazarlo porque no quiero asfixiarlo, pero no me alejo de él, lo veo directo a los ojos antes de decirle

—Te extra…

No me deja terminar de decirle que lo extrañe porque con una de sus manos toma mi cara la acerca más a la suya y me besa

Es un beso lento, donde el beso demuestra lo mucho que nos hemos extrañado

El vivir en la misma casa no quiere decir que tenemos el suficiente tiempo para nosotros dos, a pesar de vivir juntos no tenemos tiempo para nosotros, solo coincidimos en el desayuno o en la cena y eso que están nuestros padres

Nos separamos del beso y besa mi frente

―yo también te extrañé, he tenido una semana de mierda — se separa de mí y se dirige a la mesita donde está la pecera para dejar sus su celular y las llaves

Yo me siento en la cama, me dedico a escucharlo

― casi no me querían dejar salir de la empresa, querían que me quedara a revisar algo de las nóminas, pero me logre escapar — él pasa una de sus manos en su cabello, despeinándose y jala la silla para sentarse para quedar frente a la pecera

Lo observo darle de comer al pobre punki y es donde recuerdo que no le di comida en todo el día

Con este descuido me preguntó si seré una buena mamá en el futuro.

Punki, ese nombre fue Andrés quien lo eligió, decidió que él sería el papá

A veces no puedo con Andrés, así que mejor me uno a sus ocurrencias y le dije  que si, aunque él es un mal padre, no se preocupa por el pobre pez. 

Me dedico a observar a, me doy cuenta de que tiene ojeras consecuencia de desvelarse haciendo las tareas para la universidad, siempre las hace en las noches porque por las tardes trabaja

— Me sorprende la manera en la que te aferras a la vida punki— él está hablando con mi amado pez

—Que se supone que significa eso — me levanto de la cama y me dirijo donde está él, sentado me en sus piernas, él no dice nada, al contrario, pasa una de sus manos por mi cintura y yo dirijo una de mis manos atrás de su cuello

— Significa que no ha muerto teniendo una madre tan descuidada ― me da un corto beso en los labios

Pongo en mi pecho mi mano libre para hacer mi drama

―Me ofendes para que lo sepas ― él vuelve a besarme, pero esta vez es un beso más largo

Cuando nos separamos del beso dejo mi cabeza descansando sobre sus hombros

— ¿Tienes hambre? ― él no responde, él solo sigue acariciando mi cabello

—Marcos ― levanto mi cabeza para verlo a los ojos

— Sí, pero no quiero que vayas a preparar algo, eso nos quitara tiempo juntos― le doy un beso corto y me levanto

—Ve a bañarte, mientras tú te bañes, yo preparo un sándwich, no puedes quedarte sin comer nada— siempre me preocupo porque el coma, ya que sé que muchas veces se la pasa sin comer

Él se levanta de la silla haciendo un saludo con su mano como si fuera un soldado

Me dirijo a la cocina para preparar el sándwich

El tiempo que marcos y yo pasamos juntos como novios no es mucho

Sí, somos novios

desde que yo tenía quince años y el diecisiete, todo en nosotros comenzó de una manera muy rápida comenzamos siendo mejores amigos cuando de niño él venía a casa, con el tiempo nos dimos cuenta de que nos queríamos más que amigos, tuvimos algunas peleas por celos o por ser tercos y no querer admitir lo que sentíamos, hasta que dejamos de ser inmaduros y él me pidió ser su novia, hemos llevado esto de una manera muy madura de hecho me sorprende nuestra relación no es como la de las personas de mi edad que se pelan porque no responde los mensajes o por no tener tiempo, nosotros sabemos muy bien lo que tenemos y lo que sentimos

Todo fuera color de rosa si no viviéramos con el miedo que nuestra familia se entere porque solo nuestros amigos lo saben, no sabemos cómo van a reaccionar

He estado en mi mundo que no me di cuenta cuando alguien puso su mano sobre mi hombro y está fría

—Santa mierda, joder―

— Que la mierda no es santa Camila— han llegado antes de tiempo, me doy la vuelta para quedar de frente a ella

— Mamá, ¿por qué llegas a esta hora? ― Pero ella ignora mi pregunta y observa la ropa que cargo

— Porque andas así en la cocina podría entrar marcos y se nota que no cargas brasier —

— Porque ya voy a dormir ― y porque marcos ha visto todo de mí, pero eso no se lo digo

Antes de que mi mamá pueda decir algo, marcos entra a la cocina y él ve a mi mamá
Y si ya sabemos que no podremos pasar tiempos juntos esta noche

Imposible Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora