Solangelo week 2022

5. Cambio de telefonos, viaje

14 de enero, día cinco
•Lindo accidente•

** au mortal **

Era su primera vez en Nueva York, todo se veía increíble. Luces por todas partes, edificios enormes y gente de todos los lugares.

Buscaba en su teléfono la dirección del hospital al que iba, no debía estar muy lejos. Sus planes eran visitar a su amigo y encontrar algún lugar para pasar la noche.

Después de varios minutos de caminar se rindió.
—Disculpe —le dijo a una señora que se pasaba por su camino— ¿Sabe donde puedo encontrar el New York-Presbyterian?

Nico le agradeció y justo en ese momento un chico corriendo chocó contra el. Ambos cayeron con todas sus cosas en el suelo, los papeles que el chico llevaba en sus manos se desperdigaron en el piso.

—¡Lo siento mucho! —el chico vestía todo de blanco, lo que contrastaba bastante con su brillante pelo rubio.

Di Angelo, aún en el piso, un poco anonado solo observo mientras el rubio tomaba todos sus papeles y se levantaba rápidamente. Ayudó a poner a Nico de pie y salió corriendo de nuevo.

Se agachó por su celular y su mochila guardando sin mucha importancia ambos antes que ocurriera otro accidente. Siguió las indicaciones de la señora y 10 minutos después ya se encontraba en la recepción del New York-Presbyterian esperando a que le otorgasen el pase de visita para ver a su amigo.

—Vengo con Frank Zhang.

—¿Código del paciente?

—Eh... —Nico sacó su teléfono de su mochila y se quedó estático al ver que la pantalla no estaba rota como la suya, la funda era transparente, no gris como la suya y lo que le aclaró sus dudas por completo; un fondo de pantalla con R2D2 que claramente, Nico nunca pondría.

—Debo hacer una llamada —se disculpó.

Sentado en la sala de espera llamó a su propio número y suspiró cuando solo quedó en buzón de voz.

El chico rubio.

Una parte de él pudo pensar que quizá le había robado, pero si hubiese sido así Nico saldría ganando. Su teléfono tenía rota la pantalla y se estaba quedando sin memoria. Sin embargo el que tenía en manos a penas tenía unos rayones.

Se froto el rostro, pasando una mano hasta su cabello. Estaba a punto de levantarse para buscar una forma de recuperar su teléfono cuando una voz lo sorprendió.

—¿Nico?

Al voltear los ojos dorados de su hermana fueron el mayor alivio en su vida.
—Hazel —le sonrió para abrazarla.

—¿Está todo bien?

—Perdí mi teléfono.

—¿Y eso? —dijo señalando al teléfono en sus manos.

Nico le explicó lo que había pasado y como creía que probablemente lo había intercambiado por accidente con el rubio que le chocó.
—Pero no importa. Veré que hacer después ¿cómo está Frank?

—Ya está mejor. Nos alegra que hayas venido ¿tienes donde quedarte?

—Si, no te preocupes —mintió.

Hazel le ayudó a pasar como su invitado y subieron al piso de Frank. No estaba muy grave, pero un choque de autos lo había puesto en cama unas semanas. Se veía claramente mejor.

Después de una larga charla con ambos se retiró por algo de comer. Aprovecho ese momento para llamar de nuevo a su teléfono, ya habían pasado casi 3 horas desde su choque con el chico rubio y le estaba costando mucho mantenerse tranquilo.