Capitulo III

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Antes de que papá me respondiera, el capó de un Volkswagen Beatle de color negro se asomó por la reja. Miré a papá confundida pero también entusiasmada ante la idea de que ese auto podría ser mío. El asintió y apuntó al auto con el mentón. Le sonreí y corrí hacia el auto.

Gabriel se bajó del asiento del conductor y abrió los brazos para darme un abrazo. Negué con la cabeza y fui hacia él en ademán de abrazarlo, pero en el último segundo evadí su abrazo y me metí en el auto.

-Me encanta cómo me quieres.-Dijo haciéndose el sentido.

De mala gana le lancé un beso desde el auto. Me sacó la lengua y se dio la vuelta dándomela espalda.

Rodé los ojos y me concentré en lo que tenía al frente. Era un auto viejo, un escarabajo como le dicen por ahí. Le habían pintado de nuevo el exterior y habían cambiado las llantas, pero eso no le quitaba su dulce aire retro. Acaricié el volante de cuero y me acomodé en mi asiento.

-¡Hey Claire! ¡Sal de ahí y deja de jugar a los autitos!- Gritó Gabriel.

Me bajé pesadamente del auto. Estaba disfrutándolo. Mi padre conversaba con Gabriel con una expresión seria y un papel en la mano.

-¿Te gusta?- Me preguntó no muy convencido.

Papá se veía inseguro ante el regalo, pero de todas formas le sonreí de oreja a oreja y asentí, de todas formas, sí me gustaba mi auto. Gabriel parecía satisfecho y orgulloso por su regalo. Papá pasó su brazo por mis hombros y me apretó contra sus costillas.

-Bueno Claire, quizás no es el Ferrari rosa que probablemente te hubiera gustado... -Hice una mueca de asco, no me gustaba ni la idea del Ferrari o del rosa- Pero es una joyita de todas formas. Yo lo llamaría: Napoleón .- Dijo Gabriel con el pecho hinchado.

-¿De verdad le quieres poner Napoleón?- Dije entre risas.

-Soy profesor de historia, y como yo te lo regalé, yo le pongo el nombre. En todo caso, el nombre tiene "onda"- Hizo comillas con los dedos.

-No lo repitas,por favor.

-¿Por qué? ¿Acaso no soy "cool"?

-No, no lo eres.

-Creo que deberías enseñarme a ser "cool" en ese caso, si es que eres lo suficientemente cool para enseñarme.- Levantó las cejas hacía mi, esto es guerra.

-¿Con que dudas de que soy cool? Muy bien, yo te enseño a ser cool, pero la verdad, no creo que puedas aguantar el entrenamiento.- Dije en el tono más presumido que me salió.

-Si una ñoña como tú se dice que es cool, no hay duda de que nací para esto.

¿Ñoña? Perfecto, aquí se arma la Tercera Guerra Mundial.

-¿Ah si? Pues déjame decirte que...

-Claire y Gabriel, basta.- Interrumpió papá.

¡Pero si tenía los mejores argumentos como para dejarlo llorando en el piso como cuando discutimos sobre el color del vestido! Esa discusión fue épica, el "Team Negro&Azul" nunca muere.

-Parecen niños, por favor paren.

-¿Niño yo? Ella tiene dieciséis, técnicamente es una niña.

-Madura ya, Gabriel.

Mi tío me miró feo y supe con su mirada el claro mensaje que me mandaba: "Esto no se acaba así"

Antes de que Gabriel le pudiera responder el argumento a papá, éste ya se había dado vuelta, llevándome a mí, dejando a Gabriel hablando sólo. Cuándo miré sobre mí hombro lo ví con las mejillas infladas y el ceño fruncido cual niño mimado que le niegan algo.

Visto a las 10:25Donde viven las historias. Descúbrelo ahora