Three sheets to the wind - SakuAtsu

Capitulo 5: Backward-switch-fish-Jack

Kiyoomi no se molesta en intentar subirse a la hamaca. No está tan seguro de encontrar el sueño incluso si Atsumu no hubiera desarmado su cama. Su mente está llena hasta el borde de pensamientos, luchando y discutiendo hasta llegar al frente de su cerebro en un ciclo sin fin. Si no está pensando en la lucha, está pensando en la sangre, en la herida de Atsumu, en su hogar, en el viaje por delante.

Pasa algún tiempo sentado en su escritorio, inspeccionándose meticulosamente las manos en busca de restos de sangre y, finalmente, escribiendo esa carta a sus padres que ha estado postergando durante días. Es incómodo, y todavía un poco increíble, pero suena mucho mejor ahora que Kiyoomi ya no tiene motivos para llamar incompetente a la tripulación, ahora que cree firmemente que llegará a casa de una pieza.

Después de firmar su nombre y meter la carta en un sobre que lleva el escudo de la familia Sakusa, Kiyoomi se pone de pie y hace un gran esfuerzo para quitarse el dolor del hombro para que sus músculos no se anuden. Treinta minutos después, ya no está seguro de que el dolor sea real, a diferencia de un producto de su imaginación demasiado estresada, pero continúa hasta que está satisfecho.

Agarra la almohada de la hamaca y vuelve a intentar dormir en su escritorio. No funciona; mantiene los ojos cerrados por lo que parece una eternidad, con la esperanza de que el sueño lo tome desprevenido, pero su cuerpo nunca sucumbe a la relajación. Al final, se rinde por completo a favor de un paseo por el barco.

Lo primero que nota Kiyoomi cuando se acerca al escalón superior es que se están moviendo de nuevo, y frunce el ceño mientras trata de recordar cuándo sucedió eso. Debía de estar fuera de combate, si ni siquiera hubiera oído a la tripulación gritar para levar el ancla. Sin embargo, no puede haber pasado mucho tiempo; todavía puede ver el barco enemigo ardiendo en la distancia mientras se alejan de él a un paso constante. Por un momento, simplemente se queda allí y observa con las manos metidas en los bolsillos de su abrigo hasta que desaparece en el horizonte.

Lo segundo que nota Kiyoomi es que la cubierta está limpia. Bueno, limpia de cuerpos, por lo menos. Todavía hay oscuros charcos de sangre empapando las tablas de madera y las armas esparcidas, pero en un vistazo inicial no habría dicho que una batalla había ocurrido solo unas horas antes.

La tripulación está en su mayoría tranquila. Ushijima está solo al timón, mirando a través de su catalejo a algo en la distancia, y Suna y Osamu están sentados acurrucados en un rincón, cosiendo parches en sábanas acribilladas de balas, hablando en voz baja.

Sorprendentemente, Atsumu no se encuentra ni se escucha por ninguna parte. Debió haber tomado en serio el consejo de Kiyoomi y se fue a dormir. El pensamiento hace que Kiyoomi frunza el ceño. Si Atsumu está escuchando y respetando las instrucciones de Kiyoomi, eso significa que debe tomar en serio la búsqueda de un médico cuando atraquen. Tal vez hubiera sido más fácil simplemente dejar que Atsumu se desangrara; Kiyoomi odia navegar por nuevos lugares, especialmente sin el lujo de un mapa.

Un rato después, Bokuto, Kageyama y Hinata regresan del orlop después de almacenar los frutos de su trabajo. De acuerdo con el fuerte anuncio de Hinata, no había mucho que tomar de la nave enemiga, solo algo de comida que se acercaba al final de su utilidad, algunas municiones adicionales y algunos sacos de ropa limpia y sábanas de repuesto. No es de extrañar, piensa Kiyoomi, que los piratas atacaran cuando eran una tripulación tan grande con tan poco para vivir. Casi se siente mal por su suerte al haberse topado con este barco en particular y su tripulación de monstruos.

"¡Oye, oye! ¡Sakusa!" Bokuto llama sosteniendo una botella de ron y una baraja de cartas. "¡Ven y únete a nosotros!"

Normalmente, Kiyoomi se negaría. Pero esta noche le da la bienvenida a la distracción, cuanto más estúpida, mejor.