ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 1

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Abría los ojos con dificultad, las luces me deslumbraron directo en los ojos, por esto mismo caí de mi litera estruendosamente y esto no solo dolió físicamente, al mismo tiempo me pegó la realidad, era una empleada de clase D en lo que se supone era un centro de investigación, pero debo admitir que me lo gané yo misma, hace no mucho me condenaron a muerte por ser cómplice en el asesinato de muchísimas personas, realmente yo no cometí esos asesinatos, pero ocultarlos fue lo suficiente para terminar aquí.

La persona con la que compartía la litera, la asesina a la que cubrí, mi mejor amiga, al darse cuenta que me caí corrió para auxiliarme, gracias a no sé quién fue solo un golpe leve. Me incorporé y ambas nos reímos, pero el momento duró muy poco, cuando me confesó
-Hoy tomé la decir de irme- me dijo fuera de lugar
-¿A que te refieres?- le cuestioné
-No te preocupes, pero por favor, no me sigas a donde voy-
No le entendí nada de lo que me dijo, y no le respondí de igual manera.
Luego, cómo de costumbre unos guardias se la llevaron a los pocos minutos, me sentía vacía, fue la última vez que la ví, me quedé sola pensando, cuando entendí que se suicidaría, sin reacción me senté esperando a que los guardias me lleven a mí también y deseando que por cualquier cosa mi compañera regrese con vida, pero tenía más cosas por las que preocuparme, mi propio destino, sentí como empezaba a sudar frío, mi única compañía era el sonido de un ave, que parecía golpear sus alas contra la pared de la habitación que daba hacia el exterior, pasó una hora y unos guardias aparecieron por la puerta
-Señorita, es hora de irnos, nosotros la estaremos- me pusieron a la fuerza un par de esposas, mientras me dirigían por un interminable pasillo, a los pocos minutos llegaron más guardias con otro clase D, un varón de unos 40 años con aspecto amigable y súbitamente se detuvieron en una puerta
"049"
Entonces el hombre se dirigió a mi
-Oye niña, pase lo que pase hay que apoyarnos-
Mientras, los guardias abrían la puerta con múltiples seguros
-Estoy de acuerdo-
Nos empujaron a un cuarto obscuro, con una sola luz iluminando una camilla con un arcenal de instrumentos quirúrgicos, el que ahora era mi compañero me tomó de la mano y empezó a avanzar a la camilla
-Niña, me recuerdas a mi hija, ella, me dió este collar, si muero estoy feliz de haberla visto aunque sea a través de ti- dijo tomando una cadena en su cuello, cuando de repente una figura negra apareció atrás mío, una voz grave dijo
-Usted, señorita tiene total ausencia de la peste-
Voltee a ver quien era y me encontré con dos ojos color amarillo, tan lejanos y sin vida pero al mismo tiempo sumamente humanos y cálidos, tanto que por un momento pensé que estaría a salvo, pero rápidamente se movió adelante de él hombre a quien había prometido ser equipo,
-Tú estás enfermo- afirmó el ser, para después tocarlo en el cuello, al instante cayó al suelo, corrí a intentar auxiliarlo pero fue en vano, tome su pulso y estaba inerte, en el suelo sin vida, en eso, la persona a la cual ahora distinguía por que traía una máscara y traje que parecía al que usaban los médicos durante la peste negra, se dirigió a mí diciendo
-Ahora usted va a ser mi mano derecha, ¿Tiene conocimientos previos de medicina?-
Me asusté y por eso mismo respondí sumisa
-He seguido algunos talleres de enfermería pero no sé demasiado- susurré aún en shock
-Eso es suficiente- aseguró
-Ven, trae al paciente- me pidió, automáticamente entendí que se refería al hombre que ahora yacía muerto en el suelo y a pesar de que mi conciencia me gritaba que no lo hiciera tomé su cuerpo y logré recostarlo en la camilla, después de esto, me agradeció y procedió a quitarle la camiseta y a esterilizar la zona de el pecho, me alejé un poco de la escena, pero él me dijo
-Si quieres aprender, ven párate a mi lado- de nuevo le tomé la palabra con miedo y empezó a explicarme algunos de los procesos que planeaba realizar en el hombre, cuando decidí preguntarle
-Todo esto, ¿Con qué propósito lo hace?- De cierta forma sentí algo de curiosidad con él y obtuve mi respuesta
-Yo organizo todo con con el objetivo de fabricar una cura perfecta para la peste-, otra vez me atreví y le pregunté
-¿Y en qué consiste la peste?- me respondió otra vez
-Es una enfermedad que atormenta la humanidad desde hace siglos- nos quedamos en silencio durante varios minutos hasta que él me pidió que le pase un bisturí volví a hacer caso y me acerqué a a una pequeña mesa donde había una bandeja con múltiples instrumentos, para no correr el riesgo de equivocarme tomé toda la bandeja y sugerí,
-Mejor me paro aquí con todos los instrumentos, para agilizar el proceso- esperé su respuesta
-Esa es una buena idea, hize bien en permitirte ser mi asistente- realmente me sentí halagada de una extraña manera, pero el buen sentimiento duró poco cuando comenzó a abrir el pecho de el cadáver, afortunadamente soy buena disimulando mi miedo al ver toda esa sangre, pero él con naturalidad me explicó acerca de la incisiones que estaba realizando, poco a poco me acostumbré a toda esta dinámica así que ya no se sentía tan mal.
-¿Usted es médico?- Pregunté
-Así es, soy un médico capacitado-
-Entonces lo podría llamar Doctor-
-Llámame como tu te sientas cómoda-
-¿Te puedo llamar solo doctor?-
-Por supuesto-

Libre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora