Red Sunset › Jake Shim ✔︎

Capítulo 15

Jake: —¡Gaeun! ¿Qué tal el trabajo?

Gaeun: —Bien, pero tengo mucho que contarte.

Jake: —Soy todo oídos.

Gaeun: —Me dieron tres meses de vacaciones, y no sé qué haré en esos tres meses. Voy a aceptar tu propuesta de vivir juntos.

Jake: —Genial, tú solo dime cuando contratar un camión de mudanza. ¿Y a qué se deben esas repentinas vacaciones?

Gaeun: —Todo indica a que mi jefe se compadeció de mí, dijo que me tomara ese tiempo para sanar el corazón.

Jake: —Regálame a tu jefe, el mío es un desgraciado.

Gaeun: —¿Por qué no buscas otro trabajo? Te exigen mucho más ese y no es justo.

Jake: —No es fácil poder encontrar un trabajo en esta época del año.

Gaeun: —Puedes usar las conexiones de tu padre.

Jake: —Sobre eso... no me gusta, no quiero depender de mi padre y de su ayuda o dinero.

Gaeun: —Pero Jake, sería solo una ocasión, no es como que te estés aprovechando de él todo el tiempo.

Jake: —También es temor.

Gaeun: —¿A qué le temes?

Jake: —A las opiniones exteriores, si recurro a la ayuda de papá la gente me llamará el chico de papá que nació en cuna de oro. No me agradan esos títulos.

Gaeun: —Puedes recurrir a su ayuda en lo incognito, no es necesario que la gente sepa que recibiste su ayuda, ser sigilosos es el truco. Además, a nadie debe importarle si eres un mimado o no, quienes te conocemos correctamente somos tus cercanos, así que no le des valor a las opiniones ajenas.

Jake: —Otra razón por la cual no quiero dejar este trabajo es porque ya no seremos socios.

Gaeun: —¡Por Dios Jaeyoon! Somos mejores amigos y viviremos juntos ahora. ¿Y te preocupas por eso? Vamos, yo puedo acompañarte a casa de tus padres para que recurras por una vez en tu vida a la ayuda de tu padre, puedo asegurar que el señor Shim comprenderá y manejará todo silenciosamente, nadie se dará cuenta y encontraras un mejor puesto laboral.

Jake: —Bueno, pero si algo sale mal debes cumplirme un deseo.

Gaeun: —Que aprovechado, pero está bien. 

Jake: —¿Cuándo iremos?

Gaeun: —Cuándo desees.

Minutos después el castaño dejó a su amiga en su departamento, sería los últimos días que viviría allí, en parte extrañaría el lugar que había sido su hogar durante muchos años, pero también le agradaba la idea de una nueva experiencia, vivir con Jake probablemente sea divertido, su amigo tiene bastante energía y un buen sentido del humor. Pero algo estaba incomodando en su alma.

Decidió herirse un rato así que comenzó a observar las fotos que tenía con Heeseung, lo extrañaba demasiado, el poder abrazarlo y reconocer a la perfección el delicioso olor de su perfume, sentirse cálida cuando este la abrazaba, la sensación eufórica que sentía cuando la besaba, disfrutar de los momentos que pasaban en el estudio secreto de él, escucharlo cantar y dar sentido a cada nota musical con sus instrumentos, ver su sonrisa, tan bonita.

Después de tantos años se había tomado el atrevimiento de amar nuevamente, por fin había encontrado a un hombre tan maravilloso, y la vida se lo había arrebatado, había tirado por la borda todos los hermosos planes que tenían juntos. Por un momento deseo que Jake jamás los hubiese presentado, sin embargo, había caído totalmente enamorada del amigo de Jake.

¿Por qué la vida siempre le arrebata a las personas que más ama? ¿Realmente su destino era ser un humano infeliz? Cuando por fin había encontrado una luz en su vida, esa misma fue apagada por una ráfaga de viento violenta. ¿Qué sucede si decide irse ella también? Era una buena opción, probablemente esa era la manera correcta de sanar su corazón, ya no tiene razones para seguir en este mundo, sus más grandes amores se habían ido, quizá Heeseung ya logró conocer a sus padres, ojalá les haya agradado el chico que su hija ama. 

¿Sería buena idea reunirse con ellos? ¿Debía? Gaeun no desea seguir aquí. 

Se estaba dejando llevar por sus pensamientos negativos, ahogada en su llanto desgarrador, no debió mirar las fotos, no debe hacer eso, pero su mente la guía y no tiene control de sus acciones. 

Gaeun: —Perdóname Jake, tendrás que ir a casa de tu padre solo, lamento que tengas que vivir solo y yo esté abandonándote así, te aprecio, lo siento mucho, pero debo reunirme con mi familia y Heeseung. —Seguido de sus palabras, tomó el frasco de pastillas para dormir, veinte pastillas que la harían dormir para siempre, sonaba bien la idea de un sueño eterno. 

Rápidamente había ingerido todas, se recostó en el frío suelo dejándose llevar por esa pesadez en sus ojos, cada vez más fuerte, cada vez menos control sobre el sueño que la estaba devorando, cerró sus ojos rendida ante tales efectos, aún respira, va durmiendo lentamente.

Jake había olvidado decirle algo a la castaña así que puso en marcha su auto para volver a casa de ella. Además, le estaba comenzando a dar un ataque de ansiedad, casi nunca le ocurrían y ahora era extraño que les esté sucediendo. La sensación de hiperventilarse le estaba resultando demasiado incómoda, se sentía inquieto. 

Por fin llegó al edificio en el que reside la castaña, caminó al elevador y marcó el piso cinco, minutos después estuvo frente a la puerta del hogar de ella, tocó el timbre muchas veces más no hubo respuesta, se estaba asustando y su ansiedad solo aumentaba. Cegado ya por el temor decidió aventar la puerta con una patada; buscó a Gaeun, cuando la halló en el suelo rápidamente utilizó sus conocimientos en situaciones de emergencia. Ella está inconsciente, Jake está asustado y no se da por vencido. ¿Era esto la razón de su ansiedad?

Jake: —Gaeun, escúchame por favor.  —Con desesperación miró a todos lados, por fin pudo divisar el frasco de pastillas somníferas totalmente vació y comprendió. Gaeun se había intentado quitar la vida, sin perder un segundo más llamó a una ambulancia, al menos ella aún respira. 

Jake: —Gaeun resiste te lo ruego, no entiendo por qué hiciste esto tan de pronto pero no te vayas, no tú también, no me dejes. 

Finalmente, los paramédicos hicieron presencia, los básicos primeros auxilios y luego decidieron trasladar a Gaeun de emergencia. Jake fue con ellos. 

Jake: —Gaeun resiste por favor. —Lágrimas salían de sus castaños ojos, mientras se aferraba a la mano de su amiga.