Capítulo 4

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Está anocheciendo, y mis padres todavía no han llegado, supongo que eso significa que me toca hacer la cena hoy.

Me coloqué bien la venda y bajé a la cocina, allí preparé unos macarrones, que es la comida favorita de mi madre y quiero darle una alegría.

Son las nueve de la noche, por fin han llegado mis padres:

- Hola cielo, ¿qué tal has estado hoy? ~dijo mi madre~.
- Bien, bastante bien, como siempre ~contesté falsamente~.
- Me alegro pequeña, vamos a comer que estoy muerto de hambre ~dijo mi padre~.

Me levanté y fregué los platos, me duché, me lavé los dientes y bajé a darle un beso de buenas noches a mis padres. Por fin en mi oasis de paz, si es que se puede llamar así.

Quería ponerme a leer pero poco a poco mis ojos se fueron cerrando y cuando me quise dar cuenta, estaba en un sueño bastante plácido, hasta que apareció Thomas en él, otra vez. No quiero volver a repetir esa noche, fue la peor de mi vida sin duda alguna.

Son las 11 de la mañana, supongo que hora de levantarse, miré mi móvil y tenía un nuevo mensaje. Me emocioné pensando que sería él pero antes de abrirlo me recordé cuanto lo odiaba y se me pasó. Al final era Brenda, como siempre preguntando como había pasado la noche.

- Hola mi niña, ¿cómo dormiste? ~escribió ella~.
- Bien cielo, me gustaría verte, te veo en mi casa en una hora, ¿vale?
- Perfecto allí estaré, te quiero ~fue lo último que contestó~.

Perfecto tenía el tiempo justo para poder leer un poco, pero como de costumbre todo se torcía de una manera u otra y llamaron a la puerta.

- ¡Espera por favor! Ahora mismo bajo ~grité, con esperanzas de que me oyesen~.

Me vestí a toda prisa y me peine, al bajar me di cuenta que mis padres no estaban en casa -otra vez en el trabajo- pensé.

- ¿Quién es?
- Abre y lo comprobarás ~dijo~.

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora