30 Días OTP ×Imperio del Brasil×Paraguay×

-Juego de Rol-

Lo siento mucho pero esta historia la voy a cancelar

Odio todo esto y naaaah no se crean, disfruten el capitulo.

Universo Alterno por que yo quiero.

Daddy King becouse yes.

Py: 19

I. B.: 29

~♡~♡~♡~♡~

Esto es lo del típico daddy king, un viejo verde rico con un/a joven que ni la pubertad terminaba. Y pues, nuestro daddy si que es verde y muy rico....

Y millonario, obvio.

Este llegaba del trabajo, medio cansado. Tras dejar su auto último modelo en la cochera, se dirigía al interior de lo que sería su lujoso hogar.

No tenía que llegar a la sala para escuchar el caos que sucedía.

- ¡Atrapenlo ahí está! -se escuchaba a uno de los empleados gritar desesperado.

- ¡LO TENG- -y antes de terminar la frase se escuchó otro estruendo.

- ¡¿QUÉ RAYOS SUCEDE AQUÍ?! -y tras terminar de gritar sintió como algo peludo y mojado le saltaba y lo arrojaba al suelo.

- ¡ATRAPENLO! -se escuchó al unísono.

Los empleados se lanzaron para atrapar al animal, lograndolo con mucha dificultad, colocándole el collar junto a su correa.

- ¡¿Qué hace el perro aquí dentro?! -preguntó con sumo enojo el amo de la casa, levantándose del suelo empapado y exigiendo una respuesta.

- Lo lamentamos mucho, mi señor, es que el perro se había ensuciado y decidimos bañarlo. -explicaba con vos temblorosa un empleado mientras los otros se esforzaban en sacar al gran perro negro afuera.

- ¡¿Y de quién fue la BRILLANTISIMA IDEA de bañarlo dentro de la casa?! -exclamó, aunque no necesitaba respuesta ni explicaciones, él sabía exactamente quien fue. Volteó a mirarlo lentamente, de tal manera que parecería película de terror. Entrecerró los ojos al mirar al obvio causante de que toda la casa a estuviese un desastre. Huellas de barro del perro por todas partes, hasta el sofá, espuma en algunas zonas de las escaleras y el suelo totalmente mojado como la peluda alfombra blanca de la casa.

El pelirrojo tragó saliva fuertemente, los ojos completamente abiertos del terror que hacía su corazón bombardear con fuerza haciendo retumbar sus oídos. Sudaba por la frente, no sólo por el esfuerzo implementado para atrapar al perro, sino también por el miedo que sentía. Sabía que la cagó.

- Y-yo... -tartamudeo.- ¡Eso no fue lo que paso! ¡Fue un accidente!

- Un accidente, hm? -caminaba a paso lento hacia el menor.

- S-sí. -respondió nervioso al ver como el otro se le acercaba.

- Ya veo ¿Me explicas que sucedió? -hablaba con calma, una calma que daba miedo, ocultando sus verdaderos sentimientos.

- Pueeess...

- Ni te esfuerces, Paraguay. -habló firme. El brasileño conocía bien al menor y sabía de su gran capacidad para crear mentiras totalmente convincentes, logró zafarse de castigos varias veces gracias a esta habilidad.- Metiste al perro a la casa, cuando claramente te dije que no lo hicieras y a consecuencia de tu desobediencia la casa quedó hecha un chiquero.