Capítulo 3

18 0 0
                                    

Desde los últimos dos años de mi vida, la gente en mi escuela no se dedica a hablarme mas que para darme un "gracias" o alguna frase casual. Pero nada de conversaciones. Estoy acostumbrada a que la gente me evite, a que los profesores me omitan en sus clases, a almorzar sola, a no salir, y a no tener a nadie. La vida para mi es muy diferente a la de cualquier adolescente normal.

Desde hace dos años aprendí una lección: no te aferres a nada, ni a nadie. La gente se va y te quedas sola. Nada dura para siempre. Así que, ¿cuál es el punto de tener a alguien a tu lado? Ninguno.

Estoy sola, lo se. Pero de esta forma es mejor. No tengo a nadie a quien perder, no dependo de nadie, y de esta forma soy feliz a mi manera. ¿Porqué? Porque nadie puede lastimarme ni hacerme daño.

Pero de la nada llega este chico de ojos azules y lo arruina todo. No estoy interesada en él ni mucho menos, solo que la gente empieza a hablar.

Estoy acostumbrada a ser total y absolutamente invisible. Sin ser notada. Ahora, mientras me siento hasta atrás en clase de historia, puedo ver como mis compañeros se voltean y murmuran. No soy estúpida como para no notar que hablan de mi. Pero como sabrán, se como ignorarlos demasiado bien.

Una vez que la clase ha terminado todos salen como una estampida de elefantes al receso pero yo solo espero a que el salón quede vacío para poder salir. Empiezo a recoger mis cosas...

"Oh lo siento" dice una voz masculina después de que golpeó la puerta y salté del susto. Y como si no pudiera ser peor, me vuelvo a encontrar con esos ojos azules. Que otra vez me analizan. "Oye, tu" dice mientras achina los ojos y luego suelta una risa. ¿Qué es esto? "Lamento mucho lo de hace rato. Creo que no me escuchaste bien cuando te pedí perdón." Seguro que no. Pero lo mas importante es que tenía que salir de ahí. Ahora.

Tomo mis cosas rápidamente y cruzo el salón a toda velocidad. Pero por supuesto éste imbécil no lo va a superar al parecer.

"Hey" me dice mientras me toma por el codo cuando estaba por cruzar la puerta. "Lo siento" dice mientras me mira tratando de entender lo que pasa. Claro que no entiende.

"¿Siquiera sabes porque te estas disculpando?" Me esta poniendo un poco intolerante ya que no suelo dejar que la gente me hable. Sé que es rudo de mi parte, pero solo quiero quitármelo de encima porque para mi él no es mas que problemas.

"Eh...yo..." El definitivamente no sabe.

"¿Porque no mejor me dejas de molestar y ya?" le digo mientras pongo mi mejor cara de enojo. "Tu" digo mientras lo señalo "fingirás que no paso nada. Al igual que yo. Y seguiremos nuestras vidas."

"Oye, yo solo quería ser amable" dice mientras frunce el ceño con enojo.

"Ese es el problema, no te lo pedí" respondo alzando la voz.

"¡Pues lamento mucho haber querido charlar un poco contigo!" Mi cara debe de ser épica porque no me lo vi venir. Me siento avergonzada de mi actitud pero no puedo involucrarme con alguien. Ni siquiera para una amistad.

Trago saliva y lo miro a los ojos. "Yo también lo siento." Me doy la vuelta y sigo mi camino. Por segunda vez en un día.

IraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora