LUNA 6 (hermanos)

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Kagome se sentó en un suave cojín con la espalda recta mientras cerraba los ojos ligeramente al sentir como daiki empezaba a pintarla. Daiki por su parte sonrió alegremente mientras usaba una mano para tocar suavemente el mentón de kagome para alzar su rostro

"eres tan bonita"

Al escuchar las palabras de daiki, kagome sonrió alegremente

"creo que tú eres más bonita"

Daiki solo pudo bufar ante sus palabras. Sabía que era hermosa, pero desde el momento en que vio a kagome no pudo evitar maravillarse por su hermoso rostro, no sintió envidia o celos, en cambio sintió un sentimiento puro de emoción y alegría al verla.

"¿Dónde está gyutaro?"

La pregunta de kagome la sacó de sus pensamientos y no pudo evitar sonreír al sentir como su hermano empezaba a salir de su cuerpo al escuchar a kagome preguntar por él. Ambos habían terminado amando a la pequeña mujer humana

"aquí estoy"

Su voz era tranquila mientras rodeaba a kagome para sentarse detrás de ella y empezar a cepillar su cabello mientras que daiki seguía arreglando el maquillaje de kagome. Desde el momento en que kagome había sido vendida a ese lugar daiki y gyutaro habían empezado a cuidar de ella por alguna razón.

"cuando termines te ayudare a maquillarte daiki" luego miró detrás de ella "también te ayudare a ti gyutaro"

Ambos hermanos sonrieron alegremente al saber que kagome los atendería. Aún estaban sorprendidos de que ella los hubiera aceptando tan fácilmente y era aún mejor sabiendo que ella no se asqueaba o le tenía miedo a la apariencia de gyutaro, eso hizo a daiki increíblemente feliz, aunque no iba a admitirlo

Una vez que terminaron de arreglar a kagome, ella empezó a moverse se arrodillo frente a daiki y con calma empezó a maquillarla haciendo que ella sonriera alegremente al sentir las manos de kagome sobre su rostro, era como una caricia. Después de que termino se levanto solo para caminar hacia gyutaro

"ve a cambiarte daiki deje tu kimono ahí"

Señaló un pequeño mueve mientras se sentaba detrás de gyutaro solo para empezar a cepillar su cabello haciendo que él se relajara instantáneamente. Sintiéndose completamente tranquilo miro de reojo como su hermana empezaba a ponerse el kimono que kagome había elegido. Sin darse cuenta ambos hermanos habían terminado cediendo ante todas las peticiones de kagome sin dudar

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