Saint Clare es conocido por su discreción, nada que pase dentro de la institución es del conocimiento del público (Aún con las redes sociales en su máximo apogeo).
Ahora los fetos se han convertido en los líderes, con ello vienen mayores responsabil...
El ambiente en el lugar de Penny era vibrante. Todos los novatos se estaban divirtiendo, riendo y hblando como si ese fuera su sitio de reunión desde siempre. Sin embargo, solo Penny sabía que esa noche era pasajera, lo que le daba una sensación de frustración.
—Nada, solo... —Penny miró a Hiro, sintiendo que podía confiar en él—. ¿Recuerdas cuando hablé con DunBroch? Bueno, quería pedirle este lugar para nosotros, pero me lo negó —respondió, con un aire de derrota—. Encontré este sitio abandonado y pensé que sería fácil hacerle nuestro. Pero la reinita no quiso. — Su tono era una mezcla de irritación y resignación.
Hiro se rió, pensando que Penny bromeaba, pero al ver la seriedad en su rostro, se detuvo de inmediato. —¿Le preguntaste en serio? —preguntó con incredulidad.
—Sí —Penny asintió, molesta—. Pensé que, por ser la primera en encontrarlo, al menos me cedería el lugar.
—Lo siento, Penn, pero ahí estuvo tu error —Hiro aclaró la garganta—. En su primer año, Mérida hizo lo mismo. Encontró un lugar como este, y lo convirtió en el punto de encuentro de su grupo antes de conseguir el cobertizo. Era obvio que no te lo daría.
—Esa... —Penny maldijo suavemente por lo bajo, frustrada por haber sido ignorada.
—A veces, Penn, simplemente tienes que tomar lo que es tuyo sin pedir permiso —dijo Hiro con un brillo travieso en los ojos—. Es mejor pedir disculpas que permiso, ¿cierto? —Trató de animarla—. Y si Mer se entera, tranquila, yo me encargo.
Penny lo miró, escéptica. —¿En serio? No quiero que esto termine mal.
—Seré tu respaldo, Hollywood —Hiro le guiñó un ojo—. Así que relájate y disfruta la noche.
Penny soltó una pequeña sonrisa. Aunque todavía tenía sus dudas, la actitud despreocupada de Hiro la ayudaba a sentirse más relajada. Mientras Hiro se alejaba para unirse a sus amigos que estaban bailando alrededor del parlante que Norman había traído, Penny se quedó observando la escena.
La música llenaba el aire, y todos parecían inmersos en su propia burbuja de felicidad. Algunos bebían, otros reían y charlaban animadamente. Alice y Arthur estaban en una conversación animada con Violet, y los novatos habían encontrado un breve respiro en su caótico primer año. Sin embargo, la mente de Penny no dejaba de dar vueltas, los consejos de Adrien resonaban en su cabeza: "No te aísles, disfruta del momento".
—Hey, Hollywood —Violet la llamó desde donde estaba—. Deja de pensar tanto y ven aquí con nosotros.
Penny, dándose cuenta de que estaba dejando que su frustración arruinara la noche, respiró hondo y caminó hacia el grupo. Tal vez Hiro tenía razón, solo tenía que disfrutar el momento y dejar que las cosas se resolvieran solas.
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