6° UNA CICATRIZ (CAP)

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Después de cinco largos minutos soltó las pinzas junto al montón de cristales apilados en el trapo empapado de sangre, agarró otras pinzas en las cuales sostenía un trozo de algodón y con un paño me impío la sangre, empapó el algodón en betadine y fue dándome en la heridas de la mano.

Cuando terminó de curarme las heridas me coloco una gasa y vendo mi mano lentamente, luego lo guardo todo en el botiquín, se fue al baño, recogió los cristales y tiro los demás del paño en la basura, limpió la sangre de las pinzas y puso los paños en el cesto de la ropa sucia.

Salió del baño y se acercó a mí, yo estaba de pie delante del armario, me había cambiado de ropa, ahora tenía una camiseta de manga corta hasta los codos, ancha y de color negro que me estaba grande, unos pantalones anchos y largos, de color gris, eran de mi pijama, y unos calcetines blancos y cortos.

Tomura me agarró de la mano izquierda y ambos caminamos hacia la cama, este se sentó en ella y me empujó hacia él sentándome encima suya, en su regazo, mientras ponía sus manos agarrando mi cintura y las mías sobre sus hombros, Shigaraki me miraba y yo mantenía mi rostro bajado.

Tomura- ¿Por qué lo has hecho?- me preguntó serio pero preocupado

Shiro- Me...me miré al espejo- le dije con la voz tronada mientras se me atascaban las palabras en el nudo de la garganta que tenía- vi mis...ojos y... frustrada acordándome de todo...le pegué un puñetazo al espejo...siento haberte roto el espejo...- le dije con voz baja y desgastada

Tomura- No lo vuelvas a hacer- me dijo preocupado, colocando su mano en mi rostro y acariciando mi mejilla con cuidado

Shiro- Dabi tiene razón...- dije con la voz tronada- todos tienes razón...- notaba la mano de Tomura apretar la zona de mi cintura con cuidado

Entonces dejo de acariciar mi mejilla para poder levantar mi rostro y hacer que lo mirase a los ojos, ambos nos mirábamos fijamente, había vuelto el brillo en estos y miraban tristes a Tomura, mis labios temblaban de la impotencia y mis mejillas se coloraban levemente.

Tomura- Shiro- me miraba fijamente a los ojos- tienes los ojos más hermosos que he podido apreciar en esta miserable vida- me dijo tranquilo mientras acariciaba mi mejilla con suavidad- tiene un color puro y hermoso reflejando así tú alma y tu corazón a la perfección, si los demás no saben ver aquello que yo puedo apreciar con tanta admiración no es ni tu problema ni el mío- yo lo miraba impactada- tus ojos son hermosos Shiro, son muy bonitos y me encantan, quiero poder ver esos ojos el resto de mi vida acompañado de mi diosa- se formó una leve sonrisa en sus labios al igual que un ligero sonrojo en sus mejillas

Tomura- Ellos no supieron apreciar lo hermosa que eres, pero yo sí lo veo, déjame demostrarte que lo admiro y que lo eres- me dijo con dulzura mientras acariciaba lentamente mi mejilla con cuidado y dulzura- te quiero, tal y como eres, no quiero que cambies- me dijo sonriendo con los ojos cerrados mientras yo también sonreía al verlo así- eres mi diosa de la nieve, con un corazón tan puro como el color de sus ojos, pero como tal, están rotos, y yo los arreglaré, aunque eso haga que me corté con los pedazos de este, porque no hay mayor herida que me causen que verte rota- me dijo sonriendo mientras ponía sus dos manos en mi cintura acercándome a él y dándome un cálido abrazo

Yo sonreí dulcemente mientras pasaba mis brazos por sus hombros levemente y lo abrazaba con fuerza, ambos nos quedamos abrazados mientras cerrábamos los ojos y sonreímos leve y disimuladamente, aún sonrojados, sintiendo como gracias a él se rellenaba el hueco de mi corazón haciendo que este volviera a latir con fuerza e intensidad.

Shiro- Gracias Tomura, eres un chico increíble- le susurré con suavidad mientras nos separabamos- no te vayas nunca de mi lado, sin ti no soy nadie, te necesito- sonreía con tristeza mientras nos mirábamos fijamente

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