7: SU ÚLTIMO DIA

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-No me esperaba que estuviera así, te lo juro- dijo

-Ves, te dije que ibas a recapacitar- le respondió.

Marco Antonio se sorprendió cuando llegó al hospital y vio a Abel, intubado y en coma, pero, le daba igual, deseaba que se muriera, o eso pensaba. Lucía le dijo que le gustaba un café muy bueno de la cafetería, así que le invitó a uno. Marco Antonio pensó en desconectar a Abel del respirador, pero no le dio tiempo a hacerlo por la invitación de Lucía.

-Bueno, y que te ha parecido lo que le ha pasado a Abel por TÚ culpa?- comenzó a hablar Lucía

-No se, es que me ha impactado, no me lo esperaba así, me creía que estaba ingresado y ya- mintió

-Pues no, el otro día me lo encontré en el baño, con un bote de pastillas en la mano y otro encima del lavabo, junto con una nota que decía que no le importaba su vida, y que gracias a un alumno del instituto que le hacía la vida imposible, había hecho eso- le dijo Lucía

-Es que me da mucha rabia que sea listo, ha ganado todos los premios que ha dado el colegio, las postales navideñas, concursos de dibujos etc... Y no entiendo por que, ¿Por que es tan listo? ¿Por que gana siempre todo?- le respondió Marco Antonio.

Estuvieron hablando toda la tarde en la cafetería. Enseguida subieron a la habitación,  y Lucía fue al baño. Era su momento, Marco Antonio se acercó sigilosamente a los enchufes y desconectó el respirador, el aparato no pitó, parecía como si Abel aún estuviera conectado.  

Rato después, llegaron un grupo de médicos corriendo y entraron a la habitación. Cuando entraron, Lucía estaba durmiendo y se asustó.

-Ha entrado en parada- dijo el doctor.

-¿Cómo que ha entrado en parada, si hace un rato estaba bien?- le dijo Lucía

El aparato respondió, pero en la sala de emergencias, pitando, cuando llegaron, ya era tarde, Abel había muerto.

-No, porque? Abel, respóndeme, Abel, no?- gritaba Lucía llorando.

Enseguida, Azucena llegó tras la llamada que Lucía le había hecho. El doctor le dijo que si podían hablar con el en su despacho, Y Azucena y Lucía entraron. 


Imperceptible: El Trágico Final De AbelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora