10: EL FUNERAL

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Así que al día siguiente se montaron en el coche y fueron camino a su pueblo. Lucía iba llorando, se seguía preguntando porque Abel había muerto. El día era gris, oscuro y triste, Lucía creía que el día estaba así por que su amigo ya no estaba. En el coche, había un silencio profundo. De pronto, una llamada interrumpió en el silencio, era Marco Antonio: 

-Que te crees, que había desaparecido-le dijo susurrando- Pues no, sigo aquí, y pienso ir al entierro, y escupir, pisar, y insultar al ataúd. 

-Que cruel eres, que está el cuerpo de mi amigo, encerrado en un ataúd, sin vida. Por favor, un poco de respeto. Que siempre has sido muy rastrero y egoísta, todo para ti, siempre, para ya un poco, muérete ya.

Azucena se reía de fondo, no se creía que Lucía tuviera esa ira por dentro. Azucena llamó a sus hermanas para saber si el coche fúnebre que llevaba el cuerpo sin vida de su pequeño Abel, estaba delante o detrás de ellos. Todos les dijeron que no. Y Lucía y Azucena se preguntaban que donde estaba. En el viaje, no pararon de hacer llamadas. Lucía, aunque fuera menor, podía llamar a los sitios donde tenían que hablar para hacer todo el papeleo.

-Hola, si? Si, hola, mire, es que esta mañana, hemos salido mi madre y yo para enterrar a mi hermano- le mintió Lucía- Y es que queremos saber por donde va el coche funebre, le digo el fallecido. Es Abel, un niño de 13 años, rubio, que ayer estuvimos en el tanatorio. 

El chico le dijo que el coche había salido a las 8 de la mañana. Lucía se sorprendió.

No, tendría que haber salido a la 1 de la tarde, pero, quien le dijo que saliese a esa hora?-le dijo Lucia.

Haber, ayer llamó un chico y nos dijo que el funeral se había adelantado y que fuera a Palomar del sur. Entonces pues el coche salió para allá- le respondió.

Lucía le explicó la situación a Azucena, y se puso a llorar. Ella sabía quien había sido, Marco Antonio, estaba segura. Pero, por que era tan cruel? Azucena calculo. El viaje eran 8  horas desde madrid. Así que si había salido a las 8 de la mañana, tendría que llegar a las 4 de la tarde, asíñ que les llevaban media hora de retraso, asói que les daba tiempo a llegar y pararle. Azucena Lamó a sus familiares y les dijo que no les perdieran que iban a parar hasta llegar a Palomar del sur, entonces, si alguien paraba, se quedaba sin despedirse de Abel. 

Imperceptible: El Trágico Final De AbelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora