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Qué demonios estaba ocurriendo otra vez.

La mente de DoYoung era un lío. Su mejor amigo lo observaba desde el asiento de adelante. Se encontraban charlando entre períodos, y JiHoon no se había ido de su lado. JungHwan le contaba acerca de como ayer un idiota le había robado su lugar en el cine, y el Alfa Dominante a su lado parecía estar inmerso en una charla a la que nadie lo había invitado.

- ¿Y qué fue lo que hiciste? -preguntó de repente Park JiHoon. JungHwan lo observó con recelo. Dos días seguidos le había robado su lugar junto a su mejor amigo, ese Park JiHoon no le caía nada bien. Pero a la fuerza contestó.

-Fu-Fui con el gerente del cine y el idiota quiso armar un alboroto. Entonces cuando lo fueron a sacar los de seguridad me dio un puñetazo y se lo devolví. Y cayó sobre un charco de gaseosa en el suelo y se fue todo furioso y mojado por la salida de emergencia. Fue bastante gracioso -había resumido el relato, porque su idea original era lucir genial frente a su amigo y narrar una historia épica en la que él terminaba siendo el héroe. Pero Park JiHoon había arruinado todo.

- ¿Te pegó un puñetazo? JungHwan, ¿estas bien? -mierda. Había olvidado evitar esa parte del relato. Los ojitos angustiados de DoYoung lo miraban con intensidad. Ahora se sentía culpable.

-Me siento como nuevo, solo fue en la mandíbula y de hecho le erró por un par de centímetros. Deberías de ver como le deje la cara al idiota -dijo JungHwan con una sonrisa altanera, pero DoYoung no se reía, ni un poco -. Lo siento.

-Lo sé, y estoy bastante seguro de que tu iniciaste la pelea. Pero debes dejar de hacer esas cosas tontas sin sentido, vas a lograr que te lastimen seriamente un día de estos -cuando DoYoung lo regañaba hacia sentir tan culpable a su lobo que luego JungHwan estaba triste el resto del día. Se recostó sobre el escritorio de su amigo y le puso ojitos de cachorro lastimado, pero DoYoung no acarició su cabeza como siempre, en cambio lo golpeó con su libreta.

-Esta bien, me lo merezco.

-Por supuesto que te lo mereces.

Los ojos de Park JiHoon analizaban la escena con más atención de la que merecía. No dejaba pasar ningún gesto ni ninguna mueca de Kim DoYoung o de su amigo. Tenían una especie de complicidad y un vínculo tan fuerte que a JiHoon le ardió el cuerpo de celos.

Lucían como dos viejos amigos de hace décadas, tan acostumbrados a la presencia del otro, que cuando se encontraban juntos, no hacían caso al exterior de su propia burbuja. JiHoon sintió el impulso de romper aquella burbuja de un puñetazo.

- ¿Por qué lo regañas? No es un niño, y no es tu asunto -preguntó de repente, interrumpiendo el momento con agresividad. Los amigos lo observaron en silencio. Y le enfureció la probabilidad de que también compartieran pensamientos.

-Tampoco es tu asunto -se limitó a contestar Kim DoYoung. Tanto JungHwan como JiHoon se encontraban sorprendidos. Park JiHoon se había metido en terreno peligroso, podía decirlo por la mirada seca que el lobo le estaba dando sin vergüenza. Casi no se veía como el DoYoung temeroso y cohibido de ayer en la cafetería.

-Es ciero, lo siento.

-No hay por qué -masculló DoYoung revolviendose incómodo en su lugar, sin dirigirle la mirada en lo más mínimo.

-Lo siento, tienes razón. No debi entrometerme no quería hacerte enojar -dijo mientras intentaba unir sus miradas a la fuerza, pero DoYoung no daba el brazo a torcer.

-Disculpas aceptadas.

-Pero necesito que me mires para que entiendas que no pretendo nada malo, enserio lo siento -Park JiHoon se encontraba arrinconando a Kim DoYoung enfrente de toda la clase como si nada. Y se oía tan desesperado que había tocado el punto débil del Alfa Sumiso. Le regalo una mirada avergonzada y algo molesta, y en cuanto sus ojos se conectaron, la sonrisa de JiHoon se ensancho de par en par adorablemente, y las orejas de DoYoung se tornaron rojas.

-Ya lo entendí -masculló queriendo esconderse bajo tierra. Los ojos de JiHoon no abandonaban su rostro y DoYoung tuvo el inquietante presentimiento de que vería en sus mejillas que anoche había cenado estofado, y repitió tres veces.

-Eso está bien -se limitó a decir el Alfa Dominante adorando en silencio las pestañas largas y tupidas de DoYoung. Sus ojitos no sabían a donde ir, pero lo evitaban a toda costa. Y todo su cuerpo se encontraba apoyado contra la pared, lo más lejos posible. Era adorable.

JungHwan se harto de la situación y aclaró su garganta incómodo. Podía sentir un aroma algo dulzón proveniendo del Alfa Dominante, y el menor sabía que Park JiHoon lo hacía apropósito. Había estado marcando territorio desde hacia varios días en el salón, pero nadie comprendía a quien marcaba, puesto que parecía no estar completamente consciente. Pero allí estaba la causa, una regordeta y adorable causa. Su mejor amigo.

Kim DoYoung.

JiHoon había estado intentando marcar a DoYoung con lentitud, pero el Alfa Sumiso no estaba del todo al tanto. Solo se veía confundido y algo cohibido por toda la atención. JungHwan también desconfiaba, no conocía sus intenciones. Y jamás permitiría que dañaran a hyung. Antes debian pasar por su cadaver.

Tomó la manito de DoYoung que reposaba tensa sobre sus libretas en el banco, y tiro de él suavemente -. Hyung, quiero comer en la cafetería, ¿me acompaña?

-Yo también quiero ir -se levanto estrepitosamente el metiche. JiHoon observó con ojitos de cachorro a DoYoung, pero la atención de este se volcó de lleno sobre el menor. Y JungHwan se regodeó ante el rostro para nada contento de Park JiHoon. Hacer enojar chicos bonitos era muy divertido.

-No estas invitado -contestó JungHwan llevándose rápidamente a Kim DoYoung de allí antes de que el idiota reaccionara y quisiera replicar.

Pero por la mente de Park JiHoon solo se cruzaba un pensamiento. Bueno dos. El primero, sobre cada pequeño detalle del rostro de Kim DoYoung que jamás creyó lograría apreciar de tan cerca, como sus labios abultados y esponjosos en forma de corazón. Su vientre burbujeaba de solo recordarlos. Y el segundo, debía hacer algo con ese inoportuno mejor amigo.

. . .

-No lo soporto -masculló JungHwan en lo que tomaban asiento en la cafetería. Habían huido de Park JiHoon y habían llegado tarde al desayuno. Por lo que se habían perdido los platos principales-. Maldito seas Park JiHoon.

DoYoung revolvió sus arbejas en silencio. Su lobo se sentía inquieto y sin apetito. Sentir al lobo de Park JiHoon tan cerca como recién abrumaba todos sus sentidos. Juraba que sus feromonas aún picaban en su nariz y paladar. Era peligroso. Hacía días que el aroma parecía envolverlo e impregnarse en su piel. Y ya se había pillado a si mismo oliendo las feromonas en su piel distraidamente. Que vergüenza. No sabía que era lo que Park JiHoon se traía en manos, pero lo mejor sería no darle crédito. De ese modo se aburriría rápidamente de Kim DoYoung y lo dejaría tranquilo de una vez, como todo el mundo.

fat ; treasure auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora