04.

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JiHoon estaba destrozado.

No comprendía por qué el Omega de DoYoung no quería aceptarlo. Esto no era común. Cualquier otro ya hubiese caído ante sus encantos.

Pero Kim DoYoung no era cualquier otro.

Su aroma lo atraía tanto. Sus ojos redondos y brillantes que lo miraban duramente lo estremecían de pies a cabeza. No lo comprendía. Jamás había tenido esos sentimientos por nadie, y eran tan intensos que comenzaban a abrumarlo completamente. Quería hacer todo lo que DoYoung ordenara, todo su instinto territorial alrededor de los años había desaparecido completamente en cuanto la atención de Kim DoYoung por fin se había posado sobre su insignificante presencia.

Se sentía torpe e ingenuo siempre que quería iniciar conversaciones. ¿Dónde había quedado aquel Alfa encantador y coqueto que se desenvolvía con tanta confianza? ¿Por qué se sentía tan tonto junto al Omega? Cada vez que quería ser encantador sus pensamientos intrusivos se apoderaban de su Alfa y terminaba soltando estupideces como suplicarle a DoYoung por una respuesta en frente de toda la clase.

Se sentía desesperado. Desamparado y no tenía idea de que iba a suceder. No quería hacer enojar a DoYoung, no había querido hacerle pasar por tal vergüenza. Había visto sus orejas teñirse de rojo con tanta intensidad cuando huía del salón. Tampoco creía que hubiera sido buena idea seguirlo, pero cuando se trataba del Omega, nada se sentía racional.

—Mmm, sí, metiste la pata —masculló su amigo en lo que mordisqueaba una alita de pollo crugiente. JeongWoo y HyunSuk se hallaban junto a el sentados en las bancas de la cancha, almorzando. El resto del equipo corría de una esquina a otra persiguiendo la pelota.

—No me lo recuerdes —susurró abatido. Los chicos se observaron en silencio, jamás habían visto al gran Park JiHoon tan miserable.

— ¿Jamás habías cortejado a alguien antes?

La duda genuina en el tono de JeongWoo, pero algo le decia que un poco se burlaba de su situación.

—No... —susurró JiHoon, intentando hacerse pequeñito con su alita en mano. Tenia las comisuras embarradas en salsa pero nada de eso importaba.

—Eres un tonto, espero estes consciente.

—Lo se —lloriqueo JiHoon. HyunSuk suspiró acariciando la cabeza del Alfa con cariño.

—No eres un caso perdido del todo, JiHoonie. Aún puedes cortejarlo como es debido. Primero, debes disculparte —comentó el mayor sabio. Los ojitos del Alfa destrozado lo observaron llorosos.

— ¿Agh, ssi? —preguntó esperanzado, con la mitad de la alita aun en la boca.

—Por supuesto.

— ¿Crees que me perdonara?

—Eres adorable, claro que lo hará. Pero que te perdone no significa que esta todo arreglado, debes ganarte ese perdón y luchar por mantenerlo para que vuelva a confiar en ti —dijo HyunSuk con firmeza —. Por lo tanto, basta de acosarlo en clases y basta de pedirle respuestas. Nada de humillarlo públicamente y nada de demostraciones de cariño, no son nada, DoYoung se siente incómodo. Debes respetar su tiempo, el cuál puede ser largo, pero demostrarle que tu amor perdurará.

— ¿Cómo sabes tanto de amor, hyung? —preguntó el menor con la nariz tapada después de llorar desconsoladamente. HyunSuk sonrió enternecido y acarició au cabeza con ternura.

—Eres un bebé llorón, JiHoonie.

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fat ; treasure auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora