03.

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DoYoung y JungHwan desayunaban tranquilamente en las gradas del campo de fútbol vacía, charlando animadamente acerca de los proyectos que debían presentar para fin de cuatrimestre. Y aunque el día era soleado como ninguno y el verde césped del patio crecía fuertemente, todo fue arruinado rápidamente cuando el irritante aroma a sudor y feromonas se coló por los sentidos de ambos amigos.

Pronto una banda de neandertales los rodeó como si nada y se pusieron a charlar junto a ellos. JiHoon tomó asiento a su lado, y su mejor amigo el tonto se sentó debajo de JungHwan con una sonrisa inmensa en el rostro, que rápidamente fue apagada por la mirada asqueada del menor.

— ¿Como has estado DoYoung? —preguntó JiHoon tan feliz como si no acabaran de invadir su espacio personal por completo. DoYoung se removió en su lugar y comenzó a guardar su almuerzo en su lonchera con detenimiento, tantos Alfas dominantes alrededor lo ponían nervioso y sentía que debía hacer todo lentamente o le saltarían encima — ¿DoYoung?

—Estabamos bien hasta que aparecieron —masculló JungHwan rodando los ojos y soltando las más amargas feromonas para que comprendieran lo mucho que molestaban. El idiota bajo suyo le miró con ojitos de cachorrito mojado.

—Eso es cruel.

—Molestan, pierdanse.

—No seas malo. Los vimos solitos y quisimos hacerles compañía —habló JiHoon sintiéndose cohibido de repente. Quizá no había sido tan buen idea seguir sus instintos, DoYoung no se veía cómodo para nada —. Lo siento.

DoYoung lo observó en silencio antes de suspirar suavemente, lucia cansado y JiHoon se sintió aún peor.

—Ya nos íbamos de todos modos —masculló finalmente, rehuyendo a su mirada, y comenzando a bajar las gradas junto a un JungHwan evidentemente molesto, que maldecía en susurros.

JiHoon los observó irse a través del campo y sus amigos guardaron silencio un momento, jamás habían visto al Alfa tan deprimido.

—Te dije que era mala idea —se animó a decir JeongWoo a sus espaldas. JiHoon volteó y le regaló ojitos de cachorrito, su amigo sonrió y le golpeó la cabeza dos veces —. Venir en manada hacia otro lobo solo no es más que una señal de ataque tonto.

—Ustedes jamás le harían daño a nadie —dijo JiHoon indignado. Sus amigos lo observaron con ternura.

—Pero eso es porque nos conoces desde que tienes uso de razón, Hoonie. Ese lobito DoYoung y su amigo no nos conocen de nada, y por consecuente, no tienen idea de lo que haremos —JiHoon aún seguía sin entender. Pero se limitó a asentir y comer de su almuerzo en silencio y genuina triseza. DoYoung no dejaba de rechazarlo y su lobo aullaba de dolor todas las noches, ¿acaso DoYoung no lo sentía? ¿O sólo no le importaba?

Claro que DoYoung lo sentía. O al menos una parte.

Desde que JiHoon se sentaba a su lado durante todas las clases, sus feromonas de tristeza y dolor llegaban a todas partes del salón, y DoYoung no era la excepción. Tenía esta necesidad y anhelo de lamer sus heridas y abrazarlo hasta que todo el dolor se fuese, pero aquello era raro y DoYoung no planeaba exhibirse de esa manera ante todo el mundo. Su naturaleza de Alfa sumiso era sumamente extraña, no conocía a muchos como él, y en los libros habia muy poca información sobre esa rama de la evolución. Conocía estrellas reconocidas de la farándula que eran Alfas sumisos, pero DoYoung no podia simplemente acercarse como un simple mortal a pedir consejos. Se hallaba solo en eso, y lo mejor sería pasar desapercibido lo que quedaba de secundaria.

Sino fuera por el maldito de Park JiHoon.

Allí a su lado, haciéndose la víctima e incomodando a todos a su alrededor. Podía sentir las miradas clavadas en su nuca, intentando perforarlo. El salón entero sabia que era su culpa, puesto que no caía en los encantos de JiHoon y este parecía seguirlo como perrito faldero desde hacía un tiempo, y esto último no había pasado desapercibido por nadie.

fat ; treasure auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora