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—Lo único que mi lobo y mi mente piensan día y noche es en tenerte a mi lado—masculló con dolor. Se le hizo adorable lo avergonzado que estaba. Un par de lágrimas caían por sus mejillas. El impulso de apretar su naricita cruzó sus pensamientos. Aquello explicaba por qué había estado tan destruido cuando le dijo que no públicamente, su lobo había dejado bien en claro los tantos, y el simplemente lo habia rechazado cruelmente.

Obedeció a sus pensamientos intrusivos y tomo la nariz de JiHoon entre sus dedos con cariño, molestandolo. Este intentó apartarse quejandose como un niño pequeño, pero DoYoung no dio el brazo a torcer.

—Vas a tener que prometer un par de cosas —comenzó el menor. El Alfa Dominante lo observó quieto, como si hacer movimientos bruscos lo fuera a espantar. Se relajó un poco, solo un poco estaba bien, y sonrió divertido —. Nada de serenatas y profesar tu amor eterno en público. Es de muy mal gusto y solo me hace sentir incómodo, ¿bien?

JiHoon asintió con cuidado. El menor sintió las grandes manos del Alfa apretar su remera con ansiedad. Se removió algo incómodo, aun estaba empapado en jugo pegagoso de frutilla.

—Nada de almuerzos incómodos con tus amigos o los míos —casi podia ver sus hombros desinflarse de decepción —. Podemos almorzar solos.

— ¡Acepto! Acepto todo.

—Aún no termino —jaló su naricita sacandole un gemido.

—Ou.

—Cómo se que no es una trampa —su voz sonó con tanta suavidad que JiHoon se preguntó si había imaginado la pregunta. Pero sus ojos no le miraban, y lucia como si estuviese reprimiendo algo —. Cómo se que no es un juego para ti.

—No lo es, haría cualquier cosa por ti —se apresuró a decir. Y no era mentira.

— ¿Cu-Cualquier cosa?

—Lo que me pidas.

DoYoung guardó silencio algo abrumado por la mirada del lobo, se sentía como una presa desde que habían entrado a la enfermería. Toda su atención había estado sobre él y no se perdía ningún gesto o movimiento, con ojos intensos y animales.

Antes de que pudiese pensarlo, su boca le traicionó: —. Arrodillate y ruégame.

Y aunque al instante se arrepintió del pedido descarado, el Alfa Dominante se bajó de un salto de la camisa y se poso a sus pies con las rodillas juntas y el pantalón del uniforme nunca se le habia visto tan bien a alguien. Completamente recto, elevo ambas manos y comenzó a frotarlas con fuerza.

—Porfavor —la manera en la que lo decía no debía ser tan caliente como sonaba. Sus ojitos de cachorro le miraban desde abajo como si él fuese algo digno de adorar —. Porfavor, te ruego me dejes cortejarte. No tienes que perdonarme.

DoYoung guardó silencio, viendo como el lobo a sus pies se inclinaba disimuladamente hacia él, como si quisiera crear contacto de alguna manera. Su mente era un desastre. El lobo más codiciado e inalcanzable que habia conocido en toda su vida estaba arrodillado frente a él rogándole lo dejase ser su compañero. Era demasiado, el calor se había trasladado a cada punta de su cuerpo y sus dedos cosquilleaban pidiendo algo que no comprendía.

Una punzada en sus encías lo descolocó completamente. Era su lobo. ¿Qué quieres exactamente?

—Lame mis pies —soltó de pronto. Sorprendiendose incluso a si mismo. De donde salían todas esas propuestas indecentes. Si JungHwan se enterara lo iba a molestar hasta el día de su muerte.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2023 ⏰

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