Infame ©

» ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɪɪ «

—Advertencia de contenido (abuso sexual)—

Jessica

El camino de regreso a casa es silencioso porque voy sola.

Como de costumbre, Aiden tiende a quedarse más tiempo que yo en las fiestas para seguir socializando.

Una manera más disimulada de decir que va a follar con otras toda la noche, si no se trata de la misma mujer que frecuenta en todos sus viajes.

Por supuesto, puedo marcharme cuando yo desee, pero siempre regreso sola y rodeada de escoltas que le informan a Aiden, cualquier cosa. Ya sea que alguien cruza miradas conmigo o me saluda y no es alguien que sea allegado o familiar mío.

Es espeluznante y algo que solo un psicópata tendría en cuenta, pero hacer la vista gorda es lo mejor.

Pasamos un camino estrecho donde solo hay árboles pegados unos a otros y está completamente desierto. Son casi las tres de la mañana, por lo que me digo a mí misma, que es algo normal por el hecho de que estamos en propiedad privada.

Un suave olor a lavanda perfuma todo el auto y me abrazo a mí misma, cierro los ojos y me relajo en el asiento, sintiendo el cansancio apoderarse de todo mi cuerpo.

Un par de ojos igual de fríos que un iceberg invaden mis pensamientos y pronto se transforma en una figura alta, esbelta y enfundada en traje negro de Armani con una sonrisa ladeada en los labios.

Mierda.

Abro los ojos de golpe, con la respiración levemente alterada, y carraspeo. Alzo la ventanilla porque comienzo a sentir frío en los brazos y tengo el pecho descubierto por mi escote, por lo que el calor de mi cuerpo no es suficiente para mitigar mis escalofríos.

—Jasper —llamo al conductor.

Sus ojos marrones me miran por el espejo retrovisor.

—Señora Vólkov.

—Llévame a un bar.

—Tengo ordenes estrictas de llevarla de regreso a la mansión. Lo siento, señora.

—¿Mi voz acaso no cuenta? Yo también te estoy dando una orden.

Él carraspea, levemente incómodo pero me mantengo firme en mi postura.

—Disculpe, señora. La llevaré al bar.

Entonces me vuelvo a relajar y cierro los ojos.

🤍

Vinimos a una discoteca reconocida en la ciudad. Hay mucha gente y es bastante difícil ingresar, pero mi chofer se le acerca al portero y tras murmurarle algo al oído, me dejan pasar sin más.

Mis escoltas pasan primero, otros están a mi lado y otros más cuidándome las espaldas. Jasper es el único al que se le permite invadir mi espacio personal por ser empleado de confianza de Aiden y es casi un padre para mí.

Mi vestido es elegante para este lugar, demasiado, y eso atrae la atención de todos los hombres que me ven a través del anillo de seguridad que me rodea. Evito hacer contacto visual con cualquier persona para evitar cualquier tragedia y me dirijo a la barra, donde claramente no hay un solo lugar disponible para sentarme.

Me apoyo en la barra y espero pacientemente a que el barman atienda todos los pedidos que tiene antes de servirme a mí.

—Jasper —prácticamente grito el nombre de mi chofer para que me preste atención—, diles que se dispersen. Me incomoda que estén todos juntos rodeándome a la vez.