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Sentía que estaba apunto de llorar, su abuelo la había obligado a asistir al doctor para saber del estado del bebé.

Y ahí estaba, acostada en una camilla mirando el ultrasonido que le acababan de realizar, en el solo se podía ver un pequeño puntito de color blanco que sobresalía entre toda la oscuridad.

En su mente a eso le llamaba como una luz al final del túnel, una luz entre toda la oscuridad.

Según lo dicho por el médico, llevaba alrededor de 4 semanas de gestación, en pocas palabras, un mes.

No sabia si estar feliz o asustada, aunque era claro que estaba entre las dos, como debía sentirse entonces; tenía 15 años, estaba en el instituto todavía y estaba embarazada.

En esos momentos solo quería estar en su casa.

Después de que el médico le diera indicaciones de cómo debía de cuidarse en su estado, le dio ácido folico para que tomara.

Tomo sus cosas y ambos salieron del establecimiento.

-¿y?, ¿ahora que?- pregunto la chica a su abuelo.

-es hora de ir a casa emma, y afrontar a tus hermanos-por que diablos el echo de hablar con sus hermanos le aterraba tanto.

- esta bien-y ahora lo entendía, tenía miedo de hacerlos sentir decepcionados, por que ellos esperaban mucho de ella, bueno, al menos su hermano mayor; shinichiro, al hombre que consideraba como un padre.

Y como no sentir que ellos se decepcionarian, si asta ella misma se sentía descepcionada.

¿Alguna vez sentiste la necesidad de complacer ah alguien por el hecho de de que le debes?, ¿de saciar su punto de vista hacia ti?.

Eso es lo que ella sentía, quería cumplir las expectativas de sus hermanos, de ser suficiente para ellos.

Very short-drakenXemma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora