◢Capitulo 2 " problemas paternales"◣

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Beatriz

Desde que murió mi madre mi papá cambió demasiado, lo entiendo, una perdida no es sencilla, pero ¿Tan difícil es llegar a la parte de sentirme menos?, me ha dicho cosas que es difícil quitármelo de la cabeza como: "nunca serás tan buena en algo", o "Es real lo que te pasa? No seas chillona y enfréntalo", ni siquiera me apoya con mis decisiones, pero lo respeto.

Tengo a una sola persona que me ha hecho sentir como regalarle un juguete a un niño que ha esperado por meses. No sé si lo hará por pena, pero si ese es el caso, que me siga teniendo, es una hermosa persona. Tengo variedad de amigos, pero... no los considero así, ni yo sé por qué.

Cuando llegue a casa, Papá ya estaba borracho, no era de sorprender, pero apestaba a alcohol, por alguna razón se acercó a mí y me dio un golpe, en la mejilla, se veía muy enojado, me asusté y salí corriendo. Me dolía toda la cara, aunque ya me había golpeado antes, pero... esta vez fue tan fuerte que sentí que mi cabeza explotaría, derramé lágrimas, ni siquiera podía ver bien. Le grité que lo iba a denunciar por todo este maldito maltrato.

Cerré la puerta con fuerza hasta que hizo eco por toda la habitación, solo es pasos rápidos acercándose, - no creas que te saldrás con la tuya así nada más, recuerda que estoy a cargo de ti, puedo hacer lo que yo quiera contigo, y si le comentas algo a alguien, te juro que te hare la vida imposible e igual que a tus amiguitos, así que quieres hacerme el favor y mantener la bendita boca callada- dijo con molestias para después marcharse. Escuché un portazo de la puerta principal, supuse que se fue a algún bar.

Llamé a Esteban, le Conté todo, era la única persona que conocía mis padres, se le escuchaba furioso, me pidió acompañarlo y denunciarlo, pero... no podía, me tenía amenazada. Pasaron unas horas, había terminado de hablar con Esteban, caí rendida.

Solo recuerdo que estuve llorando y ni veía nada, solo vacío. Escuché sonidos de hospital, pero al despertarme solo estaba en mi cama, sudando, con la respiración agitada. Me levanté y vi la hora ...6:30, debía ir a la escuela, no tenía la costumbre de comer, me daba miedo que papá me viera, así que salí por la puerta de detrás.

Al llegar a la escuela me dirigía al baño para lavarme la cara y maquillarme, el único que sabía era Esteban, pero no quería llegar a un rumor y caras viéndome mientras estoy en la escuela, solo me faltaban 2 años para graduarme e irme de mi casa, salí del baño y me dirigí a la entrada para esperar a Esteban, pero sentí un gran paso en los ojos, oscuridad... era lo único que veo, lo último que escuche fue gritos y pasos que se acercaban rápido.

Esteban

Llegue a la entrada y solo vi a alguien tirado. Me acerqué y era Beatriz, era un desastre, con esas ojeras, aunque llevaba maquillaje se les notaban. Me acerqué, tirándome al suelo, el agarre de mi nuca y la acerqué... -Te amo, jamás dejaré que te hagan algo -dije con nerviosismo, tomé mi teléfono rápido y llame una ambulancia.

Cuando llegó la ambulancia, pusieron a Betty en una camilla, y me subí con ellos.

Llegamos al hospital. Pasó unos 30 minutos desde que Beatriz estaba dormida, los doctores se me acercaron, me preguntaron si era familiar de la paciente, negué con la cabeza- entonces... ¿Eres el novio? Que lindo eres, trayéndola hasta acá. Pero, déjame preguntarte algo, ¿sabes que pasó? -preguntó mientras subía su mirada hasta mi cara, se río bajo al ver mi mirada congelada, sentía la cara caliente, con tanta vergüenza. Salí de mi trance, tosí- perdón, no, no soy su novio, o seré algún día- lo último lo dije susurrando casi que ni yo me escuché. - pero... sé exactamente por qué pasó, aunque debo de tener el consentimiento de Beatriz para decírselo. -dije. - entiendo, no te preocupes- dijo dando la vuelta y yéndose.

No resistí, caminé hacia él y lo detuve, y...

Le dije todo.

No soportaba que siguiera golpeándola, los doctores llamaron a la policía y le comentaron sobre la situación. Me sentí aliviado, sentí un peso quitándose de mí, ahora ese bastardo ya no la molestará más, para mañana ya estará detenido.

Estaba yendo hacia la habitación, hasta que me llegó una duda, ¿Dónde se quedaría Beatriz? La dejaría quedarse en mi casa, pero, el pánico de que llegaran mis padres y pensaran que estuviera en una relación con ella, o que estuve haciendo algo con ella. Decidí dejarla en mi casa, Prefería aguantarme el regaño a que estuviera con él de nuevo.

Duró todo el día durmiendo hasta que se despertó, se asustó al verme, y le conté que su padre por fin había sido encarcelado. Empezó a balbucear asustada, muy inquieta.

Horas después.

No sé cuánto paso desde que traje a Beatriz al hospital, pero hoy me desperté en la sala de espera, unos minutos después salió Beatriz, la  habían dado de alta. Solo estaba bien físicamente, salimos del hospital y fuimos de camino a mi casa, recordé que mis padres no estarán en algún tiempo en casa, así que me relajé, que trabajan al punto que olvidan tener un hijo.

Estábamos caminando a mi casa, en un silencio no incómodo, pero se sentía solo, silencioso, solo los pies de cada uno sonada en la piedra de la banqueta, sin cruzar palabras.

Me puse nervioso no quería que pensara que estaba molesto, y tendría razón, estaba furioso, años aguantando a ese viejo, ¡¿hacerle eso a su propia hija?!, Amenazarla de esa forma! Traté de relajarme.

Ya habíamos llegado, hasta que escuche un susurro, era de Beatriz tratando de hablar, pero su voz que era segura, hermosa y tierna, ahora se escuchaba temblorosa y con miedo.

-cierto, o-olvide eso, tú vives solo, me- me puedo quedar en el sill- no la dejé terminar y la abrace paso un silencio y correspondió, escuche sollozos en mi hombro. Pasé mi mano por su espalda empujándola más a mí, pasaron minutos y nos separamos. Tenía una mirada agachada, agarre sus mejillas con mis manos y pase mi dedo por sus ojos limpiando las lágrimas.

Estábamos cansados, pedí algo de comer y nos fuimos a dormir. Dejé que se durmiera en mi habitación mientras yo me quedaba en el cuarto de mis padres.

Al día siguiente sentí un rayo de luz molesto, olvide cerrar las cortinas antes de dormirme. Me levanté, y me senté en la cama, me hundí en mis pensamientos después del incidente del padre de Beatriz. ¿ya todo estará bien?

Caminé a mi habitación para toparme dormida a Beatriz, se veía hermosa, aunque no sería buena idea confesarme después de eso, me quede mirándola unos minutos y me dirigí a la cocina, era sábado, así que no era de preocuparse de ir al colegio, aunque por esta situación no creo que podría ir, y mucho menos Beatriz, no era experto en cocinar, pero hice unos panqueques que mi madre me enseño de niño.

Escuché un sonido de la habitación, supuse que era Beatriz despertándose así que la espere a que viniera y comiera, paso varios minutos y no venía,  pensé que se volvió a dormir, y fui a ver, al llegar no la vi, me puse nervioso y busqué por todos lados, tarde mucho en hacer los panqueques, como dije, no era experto haciéndolos, y se me habían quemado, tanto tarde en buscarla que ya era medio día.

Me desesperé. al ver la situación traté de calmarme,  y creí que se salió por la ventana ya que  estaba abierta. Así que fui a su casa, como quiera no estaba tan lejos. Cada paso que daba para acercarme a su casa no la veía, me asusté por un momento, hasta que vi una silueta, corrí hasta ella, pero cada vez que me acercaba se tornaba más grande y más oscura.

•El cerezo Morado•Where stories live. Discover now