Esteban
Ya había pasado San Valentín, y aún seguía aquí, escuchando a los pájaros cantar parados en la ventana del cuarto. Sintiendo el aire de mi respiración en mi pecho mientras estaba sentado, ahí, en donde duermo desde hace 2 años, antes de la pandemia.
Pude recordar estas fechas, donde festejaba con Beatriz, ella terminó saliendo con Steven, me desagradó la idea al inicio, terminamos alejándonos, pero ella volvió a hablarme como si nada. Me molestó la idea de ella con él, le había hecho muchas cosas. No recuerdo porque empezaron a salir, ni siquiera me contó cuando le empezó a gustar, o solo salió con él para tener información de su fallecido padre, quien murió por caerse y encajarse un alambre en el cuello mientras estaba en la cárcel, ella no lloro, solo se espantó, y no la contacte en por unas semanas. Después de ese tiempo se salió de la escuela después de pasar el siguiente semestre, pero me siguió hablando.
Obviamente, no terminó la escuela, ja ja ja, aún sigo saboreando el momento que pasamos en el cerezo cerca de la escuela, sus manos casi frías y sus ojos llenos de lágrimas, mientras me veía.
Habíamos tenido un desacuerdo el día en que me confesé, pero lo arregle muy fácil, ella lo aceptó, me atraparon y termine aquí; una sesión cada semana, mientras cuento ese día, hasta terminar harto y quedarme en un lugar hasta mi descanso eterno y solitario. Recordaba momentos mientras un doctor entraba en mi habitación. - ¿Cómo te sientes, Esteban? -dijo, acompañado de una vos suave, mientras se sentaba a un lado mío. Después de un silencio, él suspiro, - sé cómo te sientes, Esteban, ¿No quieres hablar de ello de nuevo? Así te desahogas y te sentirás más tranquilo, pero esta vez cuéntamelo sin dejar ningún detalle. Lo miré, las veces que he contado esta historia al doctor no funciona, aún lo sigo pensando, ¿por qué funcionaria ahora? Negué contarlo de nuevo, le dije que ya no quería revivir ese momento en el que me destrozó y me llevo a males, solamente esperar a que las emociones negativas dentro de mí se fueran por si solos, esperaría el tiempo para hacerlas desaparecer. Mi doctor no estuvo de acuerdo, desde luego no me presionó, quería que me tomara el tiempo para después hablar de ello, pero me pidió que le respondiera algunas cosas y aclararle unos puntos. Al llegar a la habitación donde tomo mis sesiones semanales. es muy tranquilo, por eso me agrada estar aquí. Después de sentarme y darnos una charla. Jenn entro al cuarto, viéndonos a mí y a Beatriz parados, yo había estallado hacia ella, le había reclamado del trato que me daba estos últimos días. Su justificación fue para poder recibir como era debido a sus amigos. Era una tontería, tratar de quedar bien ante ellos, pero tratarme mal a mí, yo me defendí, pero no calculé bien mis palabras y termine hiriéndola, hubiéramos seguido peleando, pero Jenn entro como si fuera su propia casa. Miro primero a Beatriz, luego a mí. Frunció el ceño, me gritó y se la llevó.
Me quedé ahí. Rompí a llorar, no soportaba la diferencia de trato de Beatriz, era... injusto. Quebré todo lo que podía ver; jarrones, ventanas, sillas de maderas. Tiré mi ropero. Terminé cortándome el lado izquierdo de mi mano por un vidrio. Gemí del dolor. No tenía botiquín en la casa. Tuve que salir e ir por un doctor, pero necesitaba lavar la herida.
Salí del cuarto y me dirigí a la cocina. Me encontré a Beatriz y Jenn hablando. Me alejé y traté de no ser visto, pero él alcanzó a hacharme un vistazo, no dijo nada. Lavé mi mano y me relajé; la fría agua escurriendo de mi brazo temblando, era muy relajante, así pude mejorar mis emociones inquietas de la situación pasada. Terminé de lavarme y envolví mi mano con papel, me salí de la casa y me fui con un doctor cercano. Me recetó un desinflamatorio y una crema para ponerlo en la herida y pueda curar mucho más rápido.
Beatriz
Me sentía horrible, jamás pensé experimentar este tipo de sentimiento hacia él, pero no eran románticos; más bien, negativos. Después de la discusión en su habitación, tenía ganas de terminar el plan que tenía con Jenn, iniciar de nuevo con él, dejar pasar lo que el papá de Esteban hizo o tal vez denunciarlo. Ya no quiero sentirme miserable.
Al llegar a la casa tenía miedo, miedo a hablar con Esteban, y no porque me haya hecho daño, si no más por tener que enfrentarlo y que se desahogue conmigo, sabiendo que tiene todo el derecho, lo he tratado mal estos días, pero no puedo evitarlo, Jenn me tiene amarrada. Quiere vengarse conmigo. Sin embargo, ya no quiero, no necesito ver a mi mejor amigo destruido o muerto. No quiero ver el final de este plan que elaboramos. Ya no lo puedo dejar, ya acepté esto y tengo que terminarlo.
Solo entré en silencio. Ya no tenía mi helado, lo tiré por accidente. Él estaba sentado en la cama, con las manos en la cara, parecía frustrado. – Ya llegué, ¿Qué quieres ahora? - traté de sonar lo más serio posible, no quería que notara mi nerviosismo. Se paró de golpe. Se quedó viéndome con las cejas juntas y la mandíbula tensa. Jamás lo había visto así. Él comenzó a reclamarme de mal trato. Yo solo podía ver el suelo, sintiéndome culpable sin poder decir nada, Solo escuchaba.
Tras una hora o más, se tranquilizó, se puso a llorar y se acostó con tranquilidad. Nunca me había gritado como lo hizo hoy y me lo merecía. Yo estaba hecha una mala carcajada; mis ojos estaban muy hinchados, la boca sabiéndome a sangre de las veces que me mordí, las palmas de las manos con marcas de media luna por culpa de mis uñas. Escuché movimiento y levante la mirada, era él. Esteban se paró frente a mí, nos vimos a los ojos. Aún tenía las cejas juntas. Lo veía un poco arrepentido, ¿O será decepción? Mi estómago se revolvió al pensar que estuviera decepcionado de mí y quisiera sacarme a la fuerza de su casa. Mientras abro la boca para disculparme, Jenn entra, no sé si entró porque no oyó nada o solo se había quedado para que terminara la conversación y pasara. Él me tomó de la muñeca y me sacó. Vi de reojo a Esteban y se veía más furioso que nada.
Jenn me atrajo al sofá y comenzó a revisarme si tenía una señal de violencia. Le quité la mano y le dije que Esteban no era el tipo de personas que pueden arreglarse con golpe. Jenn dudó. Más tarde, Esteban salió del cuarto, yo no le hice caso. Después de un rato, Esteban salió de la casa. ¿A dónde iría esta vez? Me tranquilicé, estuve hablando con Jenn sobre el plan, ya no lo quería seguir, él me dio motivos para seguir. Terminé accediendo. El plan era muy complicado; llevarlo a un café hablar como si siempre nos habláramos, con tanta confianza. Cuando anochezca irnos por las calles e ir al lugar que Jenn me indicó y hacerle la noche imposible. Obviamente, yo no iba a participar, pero quería que terminara y yo me sentía mejor, ojalá ¿después de asesinarlo, que haría? Eso ya lo vería. Estoy muy asustada, mejor dicho, estoy aterrada de darle fin al plan, Esteban era un buen amigo, me ayudó cuando mi madre murió.
Suspiró- ¿después de arreglarte el dedo que pasó? Tengo esa duda- movió su mano al mentón y me vio directamente. – en realidad no lo sé, tengo la mente en blanco, solo recuerdo que había regresado y ya no estaban. Obviamente me había preocupado. - tenía tantas ganas de llorar ahí mismo, pero no salían, parecían estancadas. Por un momento me sentí abrumado, tantas emociones se reunían en un mismo momento. Tomé agua que el doctor me dio. Él me calmó, pero aún me sentía incómodo. – trataré de hablarle lo que recuerde o hasta que mi incomodidad me invada y le corte la garganta por sus preguntas estúpidas que hace cada día.- lo miré, en realidad no lo quería matar, era el único que me escuchaba, pero ya no quería estar aquí y no quisiera volver aquí solo para volver a hablar de eso. - de hecho, sabía sobre su plan, me enteré unos meses antes de que la llevara al cerezo. A ella le gustaba el café y me llevó ahí, y antes de que me llevara al callejón la invite al árbol y terminar nuestros asuntos en forma civilizada- el doctor se confundió- pero, así como terminó este desastre, leí tu caso. - me acercó un papal con mis datos. – tal vez imaginaste tu "platica civilizada". Pero no es así, Esteban. Tanto tardaron en darse cuenta de que salieron más raíces. Aunque eso fue después de la atropellada que le causaste a Beatriz- cierto, cuando ellos iban al café lo hablaron en la casa, pero los escuche cuando iba a pasar a la sala y ver un poco de televisión. Espere a que ellos salieran. Tome el auto que papá había dejado; no era de la mejor marca, pero me serviría. Los seguí y se sentaron en la cafetería. Quise dar una vuelta para estacionarme, pero los frenos fallaron e hice el accidente. Después de que ella se recuperara recuerdo específicamente esa fecha 16 de marzo. La llevé al cerezo.
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•El cerezo Morado•
RomanceEsteban y Beatriz son mejores amigos, pero él tiene el flechazo hacia ella, quiere ser su pareja, pero ella estaba interesada en alguien. Durante su misión, presentan cosas que terminaran mal entre ellos.