Capítulo único

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"¿Entonces?"

"Entonces."

Sostienen sus manos con firmeza sin dejar de observarse y sonreír.


"¡Hola, soy Ness!" El psíquico de gorra roja saluda contento a quien será su nuevo compañero de cuarto durante todo el torneo, más sabiendo que es un psíquico igual que él.

"Hola, yo soy Lucas."

A pesar de la timidez en el rubio se encuentra muy ansioso de comenzar esta nueva experiencia, esta nueva etapa. Porque todo debe seguir, con nuevos amigos, otros paisajes y, después de tanto, con su vida.


"Creo que ya es hora de ir a casa." Miran a su alrededor como todos se despiden felices de las relaciones que se formaron el torneo, de los compañeros, de los amigos, de los amores pasajeros, incluso hasta de las rivalidades que dejaron atrás.

"Así parece."


Lucas pestañea un par de veces para aclarar su vista y poder observar a detalle los ojos violeta de Ness al otro lado de la mesa que lo observan de la misma manera. Siente su respiración más pesada y el corazón latir más rápido.

"Lucas."

"Ness."

Sus amigos en la mesa junto a ellos se quedan en silencio esperando a lo que sea que pareciera ser importante que dirán. La curiosidad los consume, pero ambos psíquicos comienzan a reír a carcajadas sin ninguna razón aparente, dejando a todos confundidos.


"Voy  a extrañarte mucho."

"También yo."


"¿Qué dibujas?" Lucas enseguida aprieta su libreta contra el pecho por el susto. Ness se ríe y toma asiento a su lado.

"Girasoles." Una sonrisa se forma en sus labios y el rostro del psíquico de gorra se vuelve un poco más rosa.

"Dibujas muchos girasoles."

"Eran las flores favoritas de mi mamá, y también son las mías."

"Lo siento, sé que no te gusta hablar de eso."

"Está bien. Es lindo recordar las cosas buenas." 'Incluso cuando se vuelve una memoria agridulce.'

"¿Lucas?" Ness habla, tras un par de minutos de silencio, con timidez.

"¿Si?"

"¿Puedo... tomar tu mano?" El rubio se sonroja, pero enseguida le sonríe con cariño y no responde con palabras, simplemente toma la mano contraria y entrelaza los dedos. Ness no lo mira, pero sabe que está igual de contento que él, con esa linda sonrisa en su rostro.


"Me escribirás, ¿verdad?"

"Lo haré."

"Porque prometiste que ibas a escribirme." La cara seria de Ness hace reír a Lucas que acaricia con el pulgar la mano contraria que aún no ha soltado.

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