La Transformación y el encuentro con Imelda

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De camino a mi apartamento note que la marca de la mordedura se había vuelto color morado, y comenze a sentirme raro, cuando llegue a mi apartamento me sentía fatigado, estaba mas gordo y aquella sesión de sexo me dejo muy cansado, me desnude (pues las piyamas no me quedaban) y me tire a mi cama que ahora era solo el colchón en el suelo, ya que ahora con mi peso rompía todas las bases, y estando dormido tuve sueños eroticos, de mi siendo engordando por la elefante, y yo fornicando y devorando a otras personas, era horrible y a la vez fantástico.

En medio de la madrugada me desperté, sentí algo raro e incomodo en mi cuerpo y cuando me senté en el borde del colchón, note con asombro que mi barriga había engordado mas, esta casi me legaba a los pies, mis pechos también habían crecido, corri rápido y asustado hasta el baño, me mire en el espejo, y en efecto, estaba mas obeso, pero entonces note otro cambio: mis orejas se habían echo muy grandes y mi nariz estaba rugosa y un poco mas larga, y fue que en eso momento comenzó ante mis ojos mi transformación:

Mi piel comenzó a tornarse de un tono cafe, comenze a crecer de tamaño y mi barriga se hizo mas grande, mi nariz creció mas hasta convertise en una trompa, mi cabello y pelo se me cayeron y mis orejas se volvieron de elefante completo, pero el cambio mas total, fueron mis genitales, mis testiculos se hicieron tan grandes como las ubres de una vaca y mi pene se volvió grande, largo y gordo, y ya transformado solté un fuerte trompetazo usando mi trompa, que por suerte parece que no despertó a nadie en el complejo, y viéndome transformado en tan grotesco monstruo mi mente se nubló y comenze a sentir una intensa hambre y un intenso deseo de fornicar.

Mi piel comenzó a tornarse de un tono cafe, comenze a crecer de tamaño y mi barriga se hizo mas grande, mi nariz creció mas hasta convertise en una trompa, mi cabello y pelo se me cayeron y mis orejas se volvieron de elefante completo, pero el cam...

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Me sentí muy excitado de convertirme en un elefante gordo y mórbido, me sentía salvaje, mis instintos eran mas fuerte que mi razón, sentía unas enormes ganas de follar, entonces recordé a mi vecina Imelda, era soltera y solo a unos pasos fuera de mi casa, mi caminar fue algo lento y torpe, casi ya no cabía por las puertas. Avancé con cuidado y finalmente llegué a la entrada de la casa de mi vecina, y para mi sorpresa la puerta estaba abierta, entre con cuidado haciendo el menor ruido posible, ya dentro todo estaba obscuro, parecía que todos dormían, así que camine con cautela, con mi trompa comenze a olfatear el ambiente, y sentí un fuerte olor, era la loción de ella, su esencia, y oler aquello me excito mucho, con mis manos masaje mis pechos, y con mi trompa la baje hasta mi pené y comenze a chuparlo instintivamente para ponerlo erecto, mi trompa era como una aspiradora a máxima presión, y aya que mi pene era masivo, casi un metro de largo y de unas cuatro pulgadas de ancho, la tome con ambas manos y comenze a masturbarme ahí, solo en la sala, la frotaba y la chupaba con mi trompa, sentí que me iba a venir, sentí que seria mucho y quería soltarlo, pero no quería manchar la sala, vi una puerta entre abierta, la abrí ya ahí lo solté todo, fue como ver una manguera correrse a chorros, se sintió sublime, de la habitación obscura se escurrió hacia afuera mucho de mi semen, pero entonces oí unos rudos en la habitación...¡Eran voces! que decían y se quejaban en la obscuridad:

¡Ew! ¿Que es esto? -dijo una voz de niño-

¡Esta pegajoso! -dijo una voz de niña-

Infección ElefanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora