Un Pequeño Cambio (Venom x Tú)

Capítulo 27

Después de aquella propuesta de matrimonio que había sido algo inesperado para ti, las cosas entre Venom y tú se habían vuelto más melosas y serias.

Puesto que ahora, al haber aceptado ser su esposa, tendrías más privilegios en cuanto a hablar con los demás, ahora ya nadie podría tomarse mal el hecho de ser bondadosa con todos para mal interpretarlo.

Pues con el anillo en tu dedo, ahora la mayoría sabría que ya estabas en un compromiso serio, y vaya que lo era.

Venom en los días que habían pasado después de su propuesta matrimonial, había sido más cuidadoso de lo que ya era.

Solías tener unos pequeños calambres que eran calmados rápidamente por Venom, si tenías ganas de vomitar él te ayudaba llevándote al baño con cuidado y a la vez rápido.

Él sabía que el día de parto se acercaba, lo podía sentir, pero no quería preocuparte ni hacerte pasar por dolor, por lo que los pequeños dolores, punzadas, calambres y demás él las consumía, sintiéndolo solamente él.

Habían veces en que Venom se escuchaba cansado o lastimado, pero siempre que oía tu voz preocupada rápidamente cambiaba.

Suponías que se debía al parto que ya se acercaba, aunque él no te lo dijera, sabías que solo quedaban días para ello, por lo que tus nervios se elevaron al cuarto día después de la propuesta de matrimonio.

– ¿Estamos nerviosos?

– Mucho mucho... – Tus pulmones se llenaban de un inmenso aire y lo dejaba escapar, respirabas muy pesado y lento, intentando no poner tus nervios más intensos – Uff uff, enserio que necesito aire fresco o me voy a desmayar aquí.

– No podemos salir, debemos comprar algo urgentemente.

– ¿Qué cosa?

– Algo en lo que podamos estar junto con el agua.

– Umm... tenemos una tina, no necesitamos una piscina...

– ¿Una tina?

– Sí, es la cajita que dices que la sientes cómoda en el baño cuando nos bañamos...

– Ahhh ya entiendo, pero, ¿No sería mejor usar otra cosa en vez de eso?

– ¿Quieres que sea en un lugar seguro?

– En su totalidad, sí, pero lo digo para que estemos más cómodos, nuestro estómago ha crecido más y necesitaremos espacio para acomodarnos mejor para el parto.

Pensaste un poco, comprar una piscina inflable no sonaba mal, lo usarían solo unos minutos, no sería difícil.

– ¿Le digo a Peter que lo traiga o a Eddie?

– Eddie no está, está solamente el niño.

– ¿Sleeper?

– No, Peter.

– Peter no es un niño, ya es un adulto.

– Actúa como uno, pero está bien, solo está Peter.

– Bien bien, le diré si puede comprarme una piscina inflable, ¿De acuerdo?

– Me parece perfecta tu idea amor.

Sonreíste mientras mirabas hacia abajo.

– Aww, no tienes porque avergonzarte cuando te llamo así.