- Un joven estudiante de universidad, llamado Park Jimin conoce a Jeon Jungkook en una fiesta, en donde ambos terminan teniendo relaciones sexuales, desde allí se vuelven amigos con derechos, pero determinan reglas; la principal... No tener sentimie...
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¿Alguna vez han mirado a una persona a los ojos con un nudo en la garganta y querer decirle demasiadas cosas pero al final terminan diciéndole nada?
Así se sentía en ese instante.
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Jimin veía dormir al peli negro tan tranquilamente, las horas transcurrían y el sueño no lograba apoderarse de el.
No podías dormirte con tus sentimientos hechos trizas.
¿Pero... Qué fue lo que te enamoró de él?
Quizás fue su hermosa sonrisa que se asemejaba a la de un tierno conejito.
Quizás fue aquel tono tranquilo y delicado de su voz.
Quizás fueron sus atributos como abdomen, muslos, brazos.
Quizás.... Quizás fue todo él.
Toda la madrugada pensó en como tratar con tus sentimientos.
¿Borrarlos?
O
¿Decirlos?
Este último lo descartó ya que... ¿De qué serviría revelarlos? Sí Jeon está enamorado de ese Taehyung y nunca lo dejaría por nada. Ya se lo había dejado en claro varias veces.
Borrarlos... Costaría, sí.
Pero era la mejor opción, para si mismo... Para él y para su compromiso.
Al apenas salir el sol, recogió sus cosas para irse lo más rápido de aquella casa. No quería verlo despertar, no quería seguir enamorándose, ya no.
Al llegar a casa se dió un baño que fue bastante largo, en donde no dudó en soltar aquellas lágrimas que se negaron a salir enfrente del chico.
Liberó todo el odio y tristeza que se había creado en su último encuentro.
Ya al salir se vistió y llamó a Seokjin, lo necesitaba. Ya que el era su único apoyo.
- ¡Son las seis de la mañana Park! - Gritó con su voz de recién levantada.