Capítulo 2: Nueva herramienta

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Pov Ayanokouji.

Abri los ojos a una mañana brillante mientras estaba parado frente a los dos guardias que eliminé. Sostuve la bolsa de dinero que obtuve del vendedor ya que también tenía la espada que tomé empuñada en mi cinturón. Me miré y vi que había vuelto a esta mañana. No tenía sentido.

Traté de encontrar una explicación a lo sucedido, pero no llegó a ninguna parte rápidamente. Entonces me di cuenta de algo que estaba pasando por alto: todo se restableció aqui cuando ese hombre murió desangrado. El debe tener algo que ver con esto. Sabía que necesitaba encontrarlo.

Sin embargo, el problema era que no tenía idea de dónde aparecería. La única indicación era la choza, o tal vez el callejón. Después de todo, esa mujer de pelo blanco también estaba alli, lo que significaba que debía haber ido a salvar al hombre de esos 3 matones más tarde hoy. Fue un tramo, pero también lo fue todo lo demás que estaba sucediendo. Sin embargo, decidi ir a la choza. Conociendo su muerte, supondría que vendría allí por la mañana para tratar de arreglar algo per se.

. . .

Corrí mientras hacía parkour alrededor de las casas, tratando de llegar a la choza lo más rápido posible, mientras me dirigía hacia alli, también me encontré con una revelación: él también podría ser como yo, un hombre de otro mundo, Creo que si puedo hablar con este hombre, obtendré toda la información que necesito.

Me tomó un tiempo, pero finalmente llegué cuando salté de un techo y aterricé en el suelo cuando me encontré con un cuchillo en el cuello.

Rápidamente agarré su mango mientras miraba a mi atacante. Huh, ella parecía familiar. Reflexioné sobre ello y me di cuenta de que ella era la niña que fue destripada junto con el Viejo y los otros dos.

 Reflexioné sobre ello y me di cuenta de que ella era la niña que fue destripada junto con el Viejo y los otros dos

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Yo: No soy tu enemigo.

???:cómo se que es cierto!?

Yo: Por qué treparía hacia ti cuando simplemente podría haberte flanqueado? Estoy aqui para un propósito diferente de todos modos.

Ella lo pensó y bajo el cuchillo.

Hombre: Oye, eres tú!

Miré a mi derecha cuando vi al hombre con el que necesitaba hablar sentado en los escalones fuera de la puerta que conducía a la choza.

Miré a mi derecha cuando vi al hombre con el que necesitaba hablar sentado en los escalones fuera de la puerta que conducía a la choza

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ReZero: La mente maestra y El simpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora