⟩ ¡ᴅᴏɴᴄᴇʟ ᴀ ʟᴀ ᴠᴇɴᴛᴀ! ›› Rubiusplay

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UN COMPLICADO DILEMA Y EL RECUERDO DE UN TRÁGICO SUCESO.

        Dilema: decidir entre dos senderos ajenos entre sí. Bueno, digamos que esa es la palabra más idónea para comenzar con este capítulo, pues Rubén Doblas si que se hallaba envuelto en uno muy grande. Atrapado entre la espada y la pared; deseando anhelante el salir de aquel caótico embrollo mental, con todas sus fuerzas queriendo el inmediato desaparecer de esos dos complicados caminos que le tenían tan en duda.

        Él se encontraba en el mismo lugar de siempre: su oficina, encerrado y sentado en su habitual sitio cómodo, con una reluciente copa de vino en mano siendo esta acompañada de su muy remarcado ceño fruncido, preguntándose: "¿qué debo hacer?" Ya que aún no tenía una idea demasiado clara de cual sería su siguiente jugada; que próximo movimiento lo haría conseguir un perfecto jaque mate. Según él lo había hecho todo ya. Logró realizar lo humanamente posible: atrapó a un bonito Doncel entre sus propias redes; después de un desgaste bastante alto de pasta, que a palabras de la progenitora de este él era un joven más que fértil; incluso Mangel se lo confirmó, y básicamente, todo lo que le quedaba por hacer para al fin complacer a su amada esposa era follarlo hasta preñarlo. Así que si, viéndolo desde un lado externo: Doblas lo tenía todo, más no podía hacer nada.

        Rubén entendía que para la mayoría el hecho de tener sexo es algo sencillo e insignificante, joder, que sólo consiste en enterrar tu polla en un agujero cualquiera, pero. . . Por más estúpido que su pensar suene, a aquel platinado se le hacia lo mas complicado de todo. Simplemente, no podía hacer tal cosa, ¿por qué? Sencillo, aquel molesto y asqueroso sonido de una dura bala siendo disparada potente e impactada ferozmente justo en medio de la frente de un ser inocente, le servía como una completa barrera inefable e imperceptible para no permitirle el inminente cumplir de su tarea final. En su perturbada mente aún perduraba aquel desgarrador grito llendo a la par de los interminables llantos de ese pobre niño, podía recordar cada detalle del tan inolvidable hecho, su voz entrecortada rogando por piedad y siquiera un tanto de misericordia le tenían al borde del colapso. No atinaba a olvidar ese horripilante suceso, él se sentía mal. . . Muy mal por ese pobre muchacho que en lo absoluto tuvo la culpa de lo que pasó.

        De entre sus ojos escapó imparable una lágrima rellena de pesar y en los mismos cristalinos orbes, por un momento, alcanzó a reflejarse el aterrorizado rostro de aquel joven ya fallecido. Y Rubén. . . bueno, ese hombre en serio no podía creer que, por culpa de dos personas más que repulsivas, ese chico ahora estuviese muerto.

        Mentir sobre la fertilidad de un frágil Doncel para sólo poder lograr venderlo no era de ninguna manera algo ético, carajo, "¿a que clase de padres se les ocurriría hacer algo tan despreciable como eso?" Pensó, riendo mudo y sin gracia ante su estúpida duda. De forma automática vio su copa casi vacía, con las abundantes y cegadoras lágrimas siendo una molestia en sus entristecidos miradores, y sin más, habló:

        —Claro, que gilipollas —A sí mismo se insultó, arrojando odioso y contra el duro muro el delicado objeto que se destruyó; la costosa y pequeña cantidad de vino acabó siendo regada por todos los lados, hasta su blanco traje finalizando arruinado— ¿Cómo puedo atreverme llamar a esos hijos de puta padres? El título les queda muy grande, son sólo un par de avariciosos monstruos. Ninguno es poseedor de escrúpulos. . . Malditos —maldijó feroz, su ser siendo ya muy llenado por la potente ira y mirar nublado del embriagante alcohol más las lágrimas.

        En un acto repentino e impulsivo sostuvo entre sus cálidas manos pálidas la verdosa botella de su preciado néctar celestial; acurrucando aquel inanimado objeto entre brazos, y comportándose tal cuál lo haría un destrozado vagabundo; falto de modales y una mísera pizca de vergüenza, se atascó del mismo atrapando el frío pico entre sus demasiado esponjosos labiales sonrosados.