Fin de temporada¹. Título:
ARREBATO DE INOCENCIA."Házlo. . .
Házlo. . .
Házlo. . ."
Sólo aquello era lo que se le repetía constante en lo nublado de la mente en ese preciso instante en el que, poseyendo un claro objetivo, él caminaba tambaleándose de lado a lado con el corazón quizá demasiado animado; prácticamente, rebotando en lo diminuto de su ahogante espacio, con el alcohol manteniéndolo como a un desdichado caminante junto a la muy notoria falta de sueño que estaba siendo dibujada clara en lo acabado de su atractiva cara. Para serles sincera, el pobre de Rubén se veía por completo destrozado, se encontraba atrofiado e inseguro porque desalineado recordaba lo que minutos atrás su esposa le había dictado delicado:
«—Amor. . . » Esa había sido la primera palabra que se atrevió a soltar durante el primerizo efecto de la maldita e impredecible embriaguez. En verdad. . . Bueno, él no tenía tan en claro lo que decía, sólo se sentía mal y ese pequeño cuerpo al que se aferraba tanto era el único que podía sanarlo, reconfortarlo. . . al menos tranquilizarlo.
«—Cuéntame, Rubén, ¿Qué te está pasando?» El susodicho no contesto, o sea, tampoco era como si cargara con las suficientes fuerzas o palabras para hacerlo. De hecho, el pobre tio no atinaba ni a pensar cristalino, se le podía notar a leguas que no estaba del todo en sus cinco sentidos. Así que a Irina no le quedó más opción que la de seguir con su supuesta motivación «—¿Qué es lo que te detiene tanto a obsequiarme un hijo?» No se demoró mucho más y fue directo al grano. La rubia en serio estaba estresada, ansiosa, nerviosa. . . Y es que necesitaba saber urgente cuál era el jodido motivo que impedía tanto la inminente llegada de su demasiado deseado primogénito: esa inocente e incrédula criatura aún inexistente que conseguiría al fin salvarla de ser juzgada por sus amigas, padres o todo el mundo, básicamente, por su inutilidad.
«—Yo. . . En verdad, no lo sé, cariño. Me siento extraño e intranquilo al pensar en tener sexo con él y que luego. . . » calló de manera abrupta porque no consiguió continuar gracias al enredado nudo gordo que se le creó invasivo e irrompible en la estrechez de la garganta. Para ser más claros, no le salía la voz, no lo hacía pero para nada y lo único que la sustituía eran las pesadas lágrimas que escurrían casi que corriendo desde dentro de lo profundamente verdoso de sus muy hermosos orbes acuosos; esos que ahora carecen del ya de por sí nulo brillo propio de siempre. . . Así que me aventuraré a decir tranquila que lo único que llegaba a iluminar ese tremendo vacio abarcándolos eran los poderosos focos potentes esparcidos simétricos por cada rincón de esa área en la casa.
Y aunque sí que lo notó mal, Irina igual se decidió a insistir ya que su egoísta anhelo de ser aceptada en la arcaica sociedad alta en la que vivía, al parecer, era mucho más fuerte que cualquier tipo de lástima que pudiese llegar a sentir hacia él «—¿"Y que" qué, Rubén?» remarcó un tanto hastiada lo último que le pudo escuchar «—Contéstame» bramó antes de continuar «—. Por favor, este jueguito de retrasar lo inevitable se está volviendo tedioso en verdad, coño, ¿Qué tanto te puede costar preñarlo? ¡Házlo de una vez!. Sí, se exaltó, ella sabe bien que lo hizo, pero es que su esposo sí que se lo tenía bien merecido porque, hostia, Rubén fue quien se propuso a complacerla y realmente no lo estaba haciendo, el muy gilipollas hacía lo opuesto a satisfacerla y ya estaba harta.
Isasia quería un hijo y un hijo iba a tener.
Al no recibir de vuelta una respuesta por parte de Doblas: quien se retrataba sombrío y más temeroso que inocente conejillo en la pradera, no le quedó de otra más que la desesperada opción de conseguir su atención por las malas. En pocas palabras —Y para no hacer de esto una descripción de lo más extendida—, sin advertencia o un diminuto indicio de que lo haría, Irina le sostuvo el rostro haciendo que de inmediato se separé de su pecho y por lo tanto, conecte con sus propios ojos inquietos; claramente extraviados en la inconsciencia de sus acciones, que lo miraron amenazadores.
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⟩ ¡ᴅᴏɴᴄᴇʟ ᴀ ʟᴀ ᴠᴇɴᴛᴀ! ›› Rubiusplay
Fanfiction[ Libro 1 de la trilogía: ¡DONCEL. . . ] Descripción. ❛❛No heridas, no imperfecciones, pureza extrema, sólo. . . belleza y plasticidad. 𝙉𝙖𝙙𝙞𝙚 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙚 𝙖 𝙪𝙣 𝙣𝙞ñ𝙤 𝙛𝙚𝙤". •----•----•[...